Dos hombres buenos frente a Jesús

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Himnos


Queridos hermanos y amigos:

¿Se imaginan cuán grande es la cifra que da la suma de todas las deudas externas de las naciones del mundo? Debe ser un número inmenso. Sin embargo, esa gigantesca cifra resulta insignificante e irrisoria al lado de la deuda inconmensurable que el hombre ha adquirido con Dios.

Por lo anterior, resulta, literalmente, impagable, razón por la cual toda la humanidad se encuentra condenada a la cárcel eterna del Infierno. Cuando nos damos cuenta de ello, comenzamos a entender el amor y la misericordia de Dios, al enviar a su Hijo inocente para pagar esa deuda con su sacrificio, por ti y por mí.

Por lo dicho, también resulta increíble que alguien, a pesar de la Obra de Cristo a favor nuestro, insista en intentar realizar obras personales para pagar a Dios por su rescate, o lo que es lo mismo, su deuda; eso es absurdo y constituye una ofensa para el que pagó por nosotros, Cristo Jesús.

Nunca olvidemos de agradecer a Dios por esta salvación tan grande y pidamos fuerzas y sabiduría para continuar sembrando, con entusiasmo y amor, la verdad de Juan 3:16.

«Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.»

Sergio Oschilewski M.
Pr. I. Bíblica Las Condes


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Pasaje bíblico

Filipenses 3:4-9

Introducción

En la lectura bíblica encontramos al apóstol Pablo describiéndonos su currículum vitae, y lo que ocurrió con él cuando dejó al Señor Jesucristo entrar en su vida.

Parecía que a Pablo no le faltaba nada, tanto en lo material como en lo social y aún, lo espiritual, sin embargo, tuvo una sorpresa muy grande cuando, por fin, se encontró personalmente con Jesús.

Es muy común que cuando se invita a una buena persona, sea amigo (a), conocido (a) o pariente (a), a tener un encuentro personal con Cristo, ella diga algo así como: «pero, yo no soy malo (a), respeto mucho a la Biblia y al Señor Jesús». «Tú debes invitar a tener un encuentro con Cristo a personas que abusan del alcohol, que engañan a sus cónyuges, o que tienen intranquilidades espirituales. Mientras yo esté bien con mi conciencia, no tengo problemas. Además, nunca le he hecho mal a nadie; todo lo contrario, cuando puedo ayudar a alguien lo hago; todos me respetan; educo a mis hijos; trabajo honradamente; hasta cuando me divierto, lo hago con moderación. No, yo no necesito más.»

Hoy quiero invitarles a considerar a personas como las que recién describía, gente a la que podemos llamar buenas personas, sinceras, de vida ejemplar, que se encontraron con Jesús. Pero, antes veamos un par de encuentros con personas de mal vivir que experimentaron grandes cambios, luego de su encuentro con Cristo Jesús.

  1. Jesús y la gente «mala»
    1. Zaqueo el publicano (Lucas 19:1-10)
    2. El ladrón de la Cruz (Lucas 23:32, 33, 39-43)
  2. Jesús y la gente «buena»
    1. El joven rico (Marcos 10:17-22)
    2. Saulo de Tarso (Filipenses 3:4-9)
  3. Jesús y usted

Conclusión

Te ruego, que consideres lo que las Sagradas Escrituras nos enseñan sobre la salvación que Dios te está ofreciendo. Se trata de un encuentro personal entre Tú y Cristo, para saldar cuentas con el Cielo. Cristo vino y habitó entre nosotros como uno de nosotros para dar su vida por Ti, tomando tu lugar, pagando así tu deuda eterna con Dios. ¿Qué vas a hacer con ese pago hecho por Cristo? ¿Lo reconocerás y tomarás a Cristo como a tu pagador, y con ello, Salvador?

¿Estás dispuesto a saldar hoy y ahora tus cuentas con Dios? Si es así, te ruego, que se lo digas en forma sencilla, puede ser algo así como: «Padre celestial, reconozco ante ti que soy un pecador y que Cristo tomó mi lugar en la Cruz. Hoy, arrepentido, recibo en mi corazón a tu hijo Cristo como mi Salvador.Te ruego me ayudes a vivir de hoy en adelante de acuerdo a tu voluntad.

En el nombre de Jesús, Amén.»

Porque por gracias sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios,

Efesios 2:8

Predicador

Pastor Sergio Oschilewski Malinowski

Fecha

16 de enero de 2021

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