Muy apreciados hermanos en la fe:
Hoy es el primer domingo de un mes que requiere de mucha oración, pues se acercan muchos cambios que no solo influirán a todo el País, sino que, especialmente a los cristianos, nos tocarán en forma muy directa. Les ruego que se mantengan firmes, velando, orando y cuidando la comunión de los unos con los otros.
En esta tercera parte del tema que hemos venido desarrollando durante los cultos dominicales, consideraremos el importante asunto del desarrollo del discernimiento espiritual, así como la forma bíblica de llenar nuestras mentes.
Aprovecho para insistir en que oremos los unos por los otros para que nuestra visión espiritual sea cada día más clara y que ninguna estrategia, por sagaz que sea, logre encandilarla o empañarla.
Los ama en el Señor,
Sergio Oschilewski M.
Pastor I. Bíblica Las Condes
A las 11:00 horas, le invito a incorporarse al Culto Dominical, conectándose a nuestra transmisión directa desde el local de la Iglesia Bíblica Las Condes.
Pasaje bíblico
Filipenses 4:4-9.
Introducción
En esta oportunidad les invito a compartir una tercera parte de nuestro tema sobre la mayordomía de la mente, más específicamente, la manera cristiana de administrarla.
Hemos avanzado en nuestro tema realizando algunas preguntas como: ¿por qué debo administrar mi mente? Y, luego de llegar a la conclusión de que es nuestro ineludible deber administrarla, nos planteamos una segunda pregunta: ¿cómo debo administrar mi mente? En respuesta a ella vimos la importancia de colocarla regularmente bajo el examen y diagnóstico de Dios; luego, la importancia de limpiarla, también con el auxilio divino y, finalmente, lo indispensable que significa evitar las fuentes de contaminación.
Al concluir nuestro último encuentro, dejamos presentado el siguiente punto: el desarrollo del discernimiento.
- Mente y pensamientos.
- La mente y la vida espiritual.
- Los pensamientos de hoy serán las acciones de mañana.
- La mente debe ser administrada.
- Examinándola.
- Limpiándola.
- Eliminando lo que está contaminando.
- Evitando que siga ingresando lo que contamina.
- Aprendiendo a discernir.
- Discernir, separar y desechar.
- Desarrollando el discernimiento.
- Aplicando a diario el discernimiento.
- Llenándola con la Palabra de Dios.
- Haciendo uso de la provisión hecha por Cristo en la Cruz.
- Colocándola bajo la administración del Espíritu Santo.
- El resultado de una buena administración de la mente.
Conclusión
Cada vez que quieras descansar y recrearte en lo verdadero, lo honesto, lo justo, lo puro, lo amable, lo de buen nombre, lo virtuoso y digno de alabanza; piensa, lee y medita en aquel en quien encontramos todos estos atributos, el Señor Jesucristo. Nada dará más satisfacción y más salud a nuestra mente que el meditar en nuestro salvador, ejemplo y meta de todo creyente.
Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.
Filipenses 4: 8