Estimados y recordados hermanos:
Anhelo encontrarles con la salud, o en franca recuperación, así como con el ánimo que solo el Señor puede otorgar.
A pesar de que la mente es algo tan delicado e importante, me atrevería a decir que es uno de los lugares menos cuidado de nuestro ser. Cuánta contaminación, que es mucho más peligrosa que el coronavirus, el bacilo de la tuberculosis o el tifus, está entrando diariamente en la mente de multitud de personas y de sus hijos. Usamos mascarillas, nos lavamos las manos; del mismo modo lavamos las verduras y las frutas para evitar las infecciones, pero ¿cuánto filtramos de lo que estamos recibiendo a diario a través de los diversos medios de comunicación, de las redes sociales, de los amigos, de las lecciones que algunos profesores entregan en el colegio a nuestros hijos y otros?
En esta cuarta parte de nuestra meditación sobre el gran tema de la mayordomía cristiana, les invito a considerar algunos elementos básicos sobre la administración de la mente. El Señor nos otorgue luz y disposición para poner por obra Su voluntad.
Sergio Oschilewski M.
Pastor I. Bíblica Las Condes
A las 11:00 horas, le invito a incorporarse al Culto Dominical, conectándose a nuestra transmisión directa desde el local de la Iglesia Bíblica Las Condes.
Pasaje bíblico
Jeremías 17:7-10.
Introducción
La mente, uno de los componentes más complejo y fascinante del ser humano. Tan estudiada, tan manipulada, tan importante, protagonista de todo el quehacer humano y, al mismo tiempo, tan desconocida para la ciencia y para nosotros mismos.
¿Quién se puede meter en la mente de otro? En realidad miles de personas lo hacen a diario: filósofos, cantantes y músicos, Hollywood y sus productos lo hacen; articulistas y escritores de best sellers lo hacen; publicistas y artistas plásticos lo hacen; etc.
La mente es un lugar íntimo y tan público a la vez, un lugar al cual muchos quieren acceder para vender sus ideas personales o colectivas. Lo increíble es que, a pesar de ser tan delicada e importante, es, al mismo tiempo, uno de los lugares que más descuidamos.
Cuidamos nuestra salud física, nuestras finanzas, nuestro aspecto externo, nuestro vocabulario, nuestro aliento, la fachada de nuestra casa, nuestro auto y hasta la salud de las mascotas. Luego alguien piensa: «qué buen administrador soy de lo que Dios me ha dado». Sin embargo, es común que cuidemos muy poco, por no decir nada, la salud de nuestra mente.
Les invito a considerar este importante tema a la luz de las Escrituras:
- Mente y pensamientos.
- La mente y la vida espiritual.
- Los pensamientos de hoy serán las acciones de mañana.
- La mente debe ser administrada.
- Examinándola.
Conclusión
¿Por qué administrar mi mente? Pues, porque la mente está íntimamente relacionada con toda nuestra vida moral y, más aún, espiritual. Todo lo que concierne al desarrollo y crecimiento cristiano pasa por este tema. Requerimos de una buena administración de la mente para poder planificar bien el futuro inmediato y lejano y así no llegar a cometer errores y, más aún, pecados que luego producirán gran dolor.
Como buenos administradores cuidemos nuestra mente con sus pensamientos y expongámosla constantemente al escrutinio de Dios pidiendo su dirección.
Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos; Y ve si hay en mí camino de perversidad, Y guíame en el camino eterno.
Salmos 139: 23,24