Muy apreciados hermanos:
El apóstol Pablo, hablando sobre sus tribulaciones por causa de la obra del Señor, dice: «Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.» (2ª Colosenses 4: 17-18).
Damos gracias al Señor, pues a pesar de las situaciones difíciles que podamos estar viviendo, aun cuando sean tan complejas como aquellas por las cuales han pasado, pasan y seguirán pasando los mártires de Jesús, sabemos que todo es solo una leve tribulación momentánea, al lado de la gloria eterna que espera a todos los redimidos. La invitación es a no mirar las cosas que se ven, sino las que no se ven, pues ellas son las que permanecen y nos esperan.
Sergio Oschilewski Malinowski
Pastor Iglesia Bíblica Las Condes
Lectura Bíblica
2ª Timoteo 2: 19-21.
Introducción
Pablo le dice a Timoteo que «si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento para honra, santificado, útil al Señor, y dispuesto para toda buena obra.» (2ª Timoteo 2: 21b). Vemos que hay grandes oportunidades de ser siervos activos y útiles en las manos del Señor, no obstante notamos un requisito el cual es: «si alguno se limpia de estas cosas».
Hoy quiero invitarles a meditar en instrumentos, fundamentalmente en diversos instrumentos humanos en las manos de Dios, y motivarles a realizar dos preguntas: ¿qué tipo de instrumento soy yo? y ¿estoy en condiciones de ser usado plenamente por Dios?
- Instrumentos.
- Instrumentos de Dios.
- Instrumentos del adversario.
- Instrumentos para honra.
Conclusión
Decía en la introducción del mensaje, que su objetivo era que nos hiciéramos dos preguntas: ¿qué tipo de instrumento soy yo? y si estoy en condiciones de ser usado plenamente por Dios.
Es muy posible que estas interrogantes ya estén plenamente respondidas por usted, no obstante, creo que es de gran importancia, volver a replantearlas, pues somos dados a perder la visión de nuestro propósito y también a contaminarnos. Tengamos siempre presente que un cristiano es un instrumento para ser usado en las manos de Dios y que para que cumpla su cometido requiere: limpieza, mantención y afinamiento.
Así que, si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento para honra, santificado, útil al Señor, y dispuesto para toda buena obra.
2ª Timoteo 2: 21