Especial Semana Santa 2021

Mensaje: La Cena del Señor

Himnos


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Amados hermanos en la fe:

Hoy, estamos recordando aquella extensa reunión en el Aposento Alto, donde se realizó la Última Cena, momentos previos al arresto de nuestro Señor Jesucristo, tiempo que utilizó para entregar a los apóstoles una impresionante cantidad de enseñanzas, en forma oral y práctica.

Hemos considerado antes que, durante toda aquella solemne reunión, destaca el consuelo que el Señor estaba proporcionando para esa «manada pequeña», que quedaría huérfana de su presencia en muy poco tiempo. Entre estos bálsamos se encuentran aquellas palabras que nos hablan de su regreso por los suyos y de la vida que les espera junto a él en la casa del Padre. Este consuelo comienza con las palabras del Señor, cuando les dice:

No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí.

Juan 14:1

Recién el Señor les había dicho:

Hijitos, aún estaré con vosotros un poco. Me buscaréis; pero como dije a los judíos, así os digo ahora a vosotros: A donde yo voy, vosotros no podéis ir.

Juan 13:33

Por una parte, estaban en el aire estas palabras, por otra, el Señor se adelanta a las muchas turbaciones que sobrevendrían al grupo, y con ellos, a todos sus seguidores, en breves horas. Por estas razones, el Señor les entrega una serie de enseñanzas para que ocuparan y dirigieran sus mentes, corazones y acciones, especialmente, cuando todo pareciera más oscuro e incomprensible.

Notemos que el Señor les dice: «creéis en Dios, creed también en mí.»; esta alusión al «creer» se puede entender a la luz de las duras pruebas por las que pasarían; pruebas que podrían llevar a algunos de ellos a amargas dudas. Pensemos en: el arresto; la traición de Judas; los juicios injustos; la agresiva actitud de las autoridades religiosas y civiles, así como de la opinión pública; las humillaciones; la crucifixión; la persecución; etc. Todo esto provocaría muchas interrogantes en estas personas que aún, a pesar de toda su trayectoria junto a Cristo, no tenían las cosas claras. Pero, el Señor les dice: «No se turbe vuestro corazón», así como ustedes creen en Dios, sigan, a pesar de todo, creyendo sin dudar, en mí.

Enseguida, el Señor les comparte hermosas cosas nuevas:

En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.

Juan 14:2

Esta es una de las maravillosas menciones directas al cielo, o la casa del Padre, que se encuentran en la Biblia. Jesús les dice que el cielo no es un lugar simple, sino amplio y complejo. Pablo lo comprobó personalmente, y en Apocalipsis, Juan nos habla un poco más de este lugar esplendoroso donde no hay cabida para la maldad.

Resulta obvio que parte fundamental de esta preparación para morar en los lugares celestes, se dio en la obra de Cristo en la Cruz, pues sin ese sacrificio, es imposible siquiera la entrada a la casa del Padre. De inmediato, el Señor impregna de dulce consolación esta información diciéndoles:

Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.

Juan 14:3

Esta es una muy querida alusión al retorno del Señor por aquellos que redimió, lo que también conocemos como el «Rapto» o el «Arrebatamiento».

Claramente, nuestro Señor establece que, respecto a sus discípulos, él: preparará un lugar en el cielo; vendrá otra vez para buscarlos y ese próximo encuentro constituirá una unión sin separación.

Luego, volvemos a saber de esta promesa en muchas citas del Nuevo Testamento, como en: 1ª Tesalonicenses 4:13-17; 1ª Corintios 15:51-54 y 2ª Corintios 5:1-4.

Debemos dar gracias pues, estas promesas impregnadas de consuelo y ricas esperanzas, no sólo involucran a aquellos once hombres reunidos junto a Jesús en el Aposento Alto, sino que han sido refugio para todos los cristianos hasta el día de hoy. Aferrémonos a estas esperanzas, pues, al lado de tan grandes promesas, todo problema se hace menor; escuchemos pues, las palabras del Señor: «No se turbe vuestro corazón».

Sergio Oschilewski M. 
Pastor IBLC 

 Les invito a inclinar las cabezas para tener un momento de oración. 

Oración pastoral 

 Padre Celestial, te damos gracias por tus promesas, tesoros de incalculable valor que constituyen un bálsamo santo y poderoso para atravesar por pruebas y turbaciones: desde las enfermedades hasta las persecuciones y aún el martirio. 

 Gracias Señor, por abrirnos las puertas del cielo, prepararnos morada, venir a buscarnos y vivir para siempre con nosotros. 

 Ayúdanos a aferrarnos a estas promesas en el diario vivir y que con nuestro testimonio vivo podamos motivar a otros para que también quieran conocerte y entregarte sus vidas. 

 En el nombre del Señor Jesús. Amén. 

Predicador

Hermano José Trejo Larenas

Fecha

1 de abril de 2021

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