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Cita Bíblica: Hebreos 10:19-23
Introducción
Septiembre y octubre se unen en un tema común, que es el de la libertad. En septiembre consideramos la independencia de nuestra nación y con ello la libertad de elegir con autonomía las directrices que la guiarían en el futuro. En septiembre, también recordábamos la entrega al mundo de habla castellana, de la llave que abre las puertas y candados de todas las cerraduras que aprisionan al hombre, me refiero a la Biblia en nuestro idioma.
Ahora, en octubre, nos encontramos con la conmemoración de la Reforma Protestante del siglo XVI, con lo que celebramos la independencia de un sistema religioso dominante, lográndose la libertad de pensamiento, conciencia y fe.
En la Biblia encontramos al Hijo del Dios, abriendo las puertas hacia una libertad plena que supera cualquier libertad físíca que puediéramos alcanzar por medios humanos. La Obra de Cristo en la Cruz, es una llave que abre cerraduras imposibles para otros medios; cerraduras que, de no abrirse, simplemente no te permitirían gozar de la auténtica libertad.
Para empezar, les quiero invitar a ver la apertura de una puerta de acceso a un lugar prohibido. Así es, había una puerta con un gran candado y un rótulo que decía: «prohibido el paso al ser humano, no lo intente siquiera, pues se considerará como un agravante a su condición». Se trata de la puerta que deja entrar al cielo, simbolizado por el lugar santísimo en el templo de Jerusalén.
- Entrada al lugar santísimo.
- Liberación de la conciencia acusadora.
- Apertura de toda celda opresiva.
Conclusión
Nuestra libertad comienza cuando Cristo nos dignifica y hace aptos de acceder al lugar santísimo, al cielo, lo cual ocurre cuando reconocemos la necesidad de la Obra de salvación que Cristo realizó a favor nuestro y luego, la tomamos en forma personal.
No puede haber libertad si la conciencia continúa acusando, por ello la Obra perfecta de Cristo Jesús, considera y limpia la conciencia de toda culpa, a aquellos que salvó.
Además, por Cristo tenemos acceso a la apertura de nuestras opresiones personales, sin importar cuántas y cuales hayan sido. ¿Has accedido a estas llaves?
Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió.
Hebreos 10:23