Cita Bíblica: 1ª Pedro 1:13-24
Introducción.
En el mensaje anterior, basado en la Primera Epístola de Pedro, consideramos como la salvación experimentada por todo creyente, en virtud del sacrificio de nuestro Señor Jesucristo, es una realidad que hoy vivimos gracias a un proyecto concebido e iniciado, antes de la fundación del mundo, el cual fue profetizado durante todo el Antiguo Testamento. Enfatizamos que esta salvación tiene, además, una gigantesca dimensión futura.
El apóstol Pedro nos habla de todo lo anterior, para enfatizar, en forma muy persistente, la dimensión presente de la salvación; particularmente, en lo que se espera ver en una persona salvada, lo cual es el fruto de una rica experiencia interna.
Dijimos antes que esta carta nos lleva a entender lo que Dios quiere de nosotros durante nuestro peregrinaje bajo el sol, resultando ser una epístola práctica y totalmente aplicable a todo cristiano en todo tiempo. Veamos como lo presenta el Apóstol:
I. RESCATADOS
II. RESCATADOS PARA VIVIR EN ESPERANZA
III. RESCATADOS PARA VIVIR UNA VIDA SANTA
IV. RESCATADOS CON RECURSOS
Conclusión.
Hemos sido rescatados y llamados a vivir una vida santa; no solo por el testimonio frente al mundo, sino por razón de nuestro nuevo y sublime linaje; somos hijos de Dios y, por cuanto nuestro Padre es santo, los hijos también lo deben ser. Lo impuro no pertenece a la esfera de Dios ni a la de sus hijos; ellos, aun cuando aún no han sido glorificados, deben procurar, en obediencia, y utilizando los recursos entregados, procurar en forma constante, vivir una vida de santidad agradando a su Redentor en todo.
“sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir;” 1ª P.1:15