Amados hermanos:
Al concluir este nuevo «mes de misiones», quiero insistir tenazmente en que nuestra labor misionera es ineludible, comenzando con nuestras familias y continuando con nuestro círculo de conocidos.
El Señor les bendiga en esta magistral tarea recordando lo que dice el salmista:
Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán. Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla; Mas volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas.
Salmos 126: 5, 6
Sergio Oschilewski M.
Pastor I. Bíblica Las Condes
Si usted se encuentra impedido para asistir a nuestro culto dominical presencial, le invitamos a conectarse con nosotros a las 11:00 a nuestra transmisión directa desde el local de la Iglesia Bíblica Las Condes.
Pasaje bíblico
Juan 3: 3-5.
Introducción
Qué potente y radical es la respuesta del Señor Jesucristo a Nicodemo cuando éste acude a él reconociéndole como maestro venido de Dios; el Señor le dice: «De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios». Esto solo es posible por la intervención divina y se puede dar cuando la persona reconoce su condición de pecador y, por lo tanto, de separado de Dios, se arrepiente y mira al Señor Jesucristo como única alternativa.
Creo que resulta muy importante recordar y enfatizar que esta gran verdad expuesta por nuestro Señor va inseparablemente unida al concepto de misiones, pues no hay misiones sin el concepto de nuevo nacimiento y con ello de auténtico arrepentimiento.
Para comenzar, consideremos algunos ejemplos.
- Un cambio radical.
- Los que no quieren cambiar.
- La alternativa religiosa.
Conclusión
El trabajo misionero consiste en transmitir el mensaje que lleva a un nuevo nacimiento y, con ello, a un cambio radical de vida. No se trata del mejoramiento de la persona, de hacerla más educada o más sociable; estas cosas son resultados, pero no constituyen la meta fundamental, pues ella es permitir que nazca una nueva criatura, la cual tenga libre acceso al reino de los cielos; luego, las reformas en su vida testificarán de ese nuevo nacimiento.
Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan;
Hechos 17: 30