Nacidos para sembrar, parte II

Queridos hermanos y amigos:

En este «Mes de Misiones», ocasión en la cual enfatizamos el tema de la evangelización en sus muchas formas, pido al Señor que los anime a continuar realizando «la gran comisión», con pasión y nuevas esperanzas, recordando siempre las palabras de estímulo que el Espíritu Santo nos entrega por medio del apóstol Pablo:

Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.

1ª Corintios 15: 58

Sergio Oschilewski M.
Pastor I. Bíblica Las Condes


Si usted se encuentra impedido para asistir a nuestro culto dominical presencial, le invitamos a conectarse con nosotros a las 11:00 a nuestra transmisión directa desde el local de la Iglesia Bíblica Las Condes.


Pasaje bíblico

Hechos 8: 4-8.

Introducción

En la reflexión del domingo pasado, veíamos que el Señor nos enseña que al sembrar la semilla, símbolo de las Buenas Nuevas, esta se posará en diversos terrenos: mucha de ella brotará y aún crecerá, pero sólo una porción encontrará buena tierra para que, además de brotar y crecer, llegue a dar frutos, con lo cual se evidencia la conversión.

Nuestra visión solo nos permite ver terrenos de siembra y una labor que cumplir: sembrar, cerca y también lejos, pues toda persona, lo sepa o no, tiene la necesidad de recibir la bendita semilla.

Con el fin de analizar esta variedad de terrenos y nuestra relación con ellos, comenzamos a conjugar el verbo necesitar: yo necesito de la semilla; tú (y vosotros) necesitas de la semilla.

Luego, conjugando, llegamos a la tercera persona: él, en su forma singular, y al ellos, en su forma plural. Él y ellos necesitan ser sembrados; las personas que están más allá de nuestro círculo íntimo.

No obstante, dejamos para hoy esta tercera parte del bosquejo.

  1. Yo necesito (Lucas 18: 13).
  2. Tú necesitas (Juan 1: 40-42a).
  3. Él necesita (Juan 4: 28-30).
    1. Sembrar en terrenos distantes.
    2. Diversidad de misiones.

Conclusión

El Señor comienza su enseñanza sobre la siembra y los terrenos, diciendo: «He aquí, el sembrador salió a sembrar.» (Mateo 13: 3). Ese sembrador eres tú, yo y todo redimido; el tiempo corresponde a lo que dure la vida que se nos otorgue. Las semillas caerán en diversos terrenos, es muy factible que gran parte de ella sea depositada en terrenos no preparados, por lo cual es posible que llegue a haber mucha desilusión por falta de conversiones o conversiones solo aparentes, las cuales nos llevarán a desanimarnos. Pero la consigna es esparcir la semilla, suceda o no suceda el milagro; ese es nuestro deber. ¡Ánimo, hermano! Hay mucho terreno endurecido, pedregoso, contaminado, pero también, bueno y apto para llevar a la semilla a producir los frutos esperados.

porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo. ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído?
¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído?
¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?

Romanos 10: 13,14

Predicador

Pastor Sergio Oschilewski Malinowski

Fecha

21 de mayo de 2022