Muy estimados hermanos:
Confío en encontrarles con paz y gozo, pero, al mismo tiempo, atentos a los sucesos que nos rodean y que anuncian que el Señor viene pronto. Les ruego que no dejen de velar, perseverando en la oración, así como en la lectura de la Palabra, permitiendo que hable a sus corazones.
Continuando con nuestro tema sobre la mayordomía cristiana, hoy nos enfocaremos en la administración de nuestra lengua, la cual puede producir cosas tan maravillosas como «Manzana de oro con figuras de plata» (Proverbios 25: 11), pero también tiene la triste capacidad de inflamar: «la rueda de la creación» (Santiago 3: 6). El Señor nos otorgue luz, entendimiento y voluntad para colocar nuestra lengua bajo su total control.
Un fraternal y fuerte abrazo.
Sergio Oschilewski M.
Pastor I. Bíblica Las Condes
A las 11:00 horas, le invito a incorporarse al Culto Dominical, conectándose a nuestra transmisión directa desde el local de la Iglesia Bíblica Las Condes.
Pasaje bíblico
Proverbios 10: 19-22.
Introducción
Un fósforo puede ser usado para los más nobles propósitos: encender el fuego con el que se preparará el alimento de la familia o encender una llama que calentará el agua para beber una reconfortante taza de café o té; pero, otro fósforo puede ser usado en forma criminal para iniciar un terrible y destructor incendio forestal. Vemos así, dos posibles usos para un mismo elemento: uno bueno y uno malo.
La Biblia habla mucho de un elemento que siendo pequeño y de apariencia inofensiva puede ser usado para los fines más nobles, así como para los más perversos; me refiero a la lengua. Las Sagrada Escrituras nos enseñan que una mayordomía correcta de la lengua hará de ella:
- Una fuente de vida (Proverbios 10: 11).
- Una guía que apacienta (Proverbios 10: 11).
- Un instrumento bien controlado (Proverbios 13: 3). La lengua debe ser controlada o guardada, pues con ella:
- Se puede destruir a muchos.
- Podemos ser contaminados.
- Se puede dañar a la familia.
- Un instrumento de bendición para su usuario (Proverbios 13: 2).
Conclusión
¿Estoy administrando cristianamente mi lengua?
La boca del justo es comparada con elementos preciosos como un manantial de vida y, también, con la plata escogida. ¿Es mi lengua un manantial de vida, es plata escogida, es apacentadora de muchos, es proclamadora de sabiduría y está bajo el control de Dios?
Manzana de oro con figuras de plata Es la palabra dicha como conviene.
Proverbios 25: 11