Cita Bíblica: Lucas 11:29-32
Introducción: Es muy importante, incluso imperioso, que los convertidos conozcan a cabalidad las Escrituras. Ahí está todo lo que Dios quiere que sepamos. Se presenta la salvación ofrecida por Dios, y también con mucho detalle los problemas del hombre, a través de todas las edades. Ahí descubrimos, como Dios se ha relacionado con su creación en cada época de la historia. En ella encontramos lo que ofrece y espera de nosotros. Hoy en día la Sagrada Escritura es despreciada y difamada en muchos lugares, pero cada acontecimiento que ahí se señala sé ha cumplido y se cumplirá de la forma que Dios lo describe.
Si no conocemos más de Dios y de lo que sucederá, no es porque no esté escrito, es simplemente porque nosotros, comúnmente, no somos diligentes para buscar, o simplemente buscamos con ojos humanos y no espirituales.
Ese fue el mayor error del pueblo de Israel; no saber interpretar las Escrituras a los ojos de Dios. Y de ahí nace el error principal, al no reconocer los tiempos que estaban viviendo. Lo anterior se evidencia muy bien en el trato que le dieron a Jesús.
La lectura de hoy demuestra, principalmente, la ignorancia que tenían de las Escrituras y la dureza de su corazón. En ella vemos cómo Jesús responde a sus demandas, sin embargo, no vemos ninguna reacción a sus magníficas respuestas.
I. LA DEMANDA
Los judíos constantemente demandaban señales de parte de Jesús. No en vano el apóstol Pablo más adelante en 1ª Corintios, dice que los judíos demandan señales y los griegos sabiduría.
II. LA RESPUESTA
A decir verdad, no solo la señal de Jonás les dio, sino que agrego además la señal que daba su propia persona a esta generación. Versículos: 29-30.
III. LA SEÑAL
La Señal anunciada por años desde los tiempos de Adán a Juan el Bautista, el último profeta en anunciar a Cristo y su salvación, era ya realidad, pero, ellos no la supieron reconocer.
Conclusión: Dios, a través de largos años, dio infinidad de señales de las cosas que sucederían. Entre esas grandes señales estaba Cristo, la gloriosa señal de la salvación; nadie podía argumentar desconocimiento.
Ellos guardaban con mucho celo las Escrituras, pero al parecer, no las conocían como debían. No había un corazón dispuesto para oír a Dios, solo estaban llenos de un falso orgullo por ser poseedores de ellas.
Lo que les faltó a los que no reconocieron a Cristo, es algo que dice el ciego de nacimiento cuando lo estaban interrogando: (Juan 9:30-31), les falto temor de Dios.
Que no nos falte a nosotros ese temor de Dios. Está claro que hemos dado el paso vital y hemos reconocido la salvación que hay en la persona de Cristo. El señor no quiere que seamos engañados, por eso nos advierte una y otra vez. Debemos esperar atentos y sin manchas, el regreso de Cristo, y eso pasa por reconocer cada señal de Dios y no lo que dicen los hombres. Debemos estar atentos, porque en cualquier momento, el Señor tocara esa maravillosa trompeta y debemos escucharla con la claridad que nuestro Señor demanda de nosotros.