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Cita Bíblica: Levítico 10:1-3
Introducción
El objetivo del discernimiento espiritual es identificar la presencia o ausencia de Dios en las acciones, declaraciones y en toda actividad humana. Es una capacidad que Dios nos da a los creyentes a través del Espíritu Santo que mora en nosotros.
Si no ejerces tu discernimiento no tienes defensa espiritual efectiva y sólida. El discernimiento se encuentra en el corazón mismo del cristiano pues, está basado en la sana doctrina de Dios. Hay muchos falsos maestros que predican un concepto falso de la salvación, de Cristo, del Cristianismo y de su doctrina. Actúan por diferentes intereses, como riqueza, fama, desconocimiento y muchas otras razones, todas originadas en la ausencia del Espíritu Santo en sus vidas y por ende, todas ofensivas a Dios.
- La justicia de Dios y el Espíritu Santo
- Falsos maestros
- Opositores al error
- Girolamo Savonarola
- Martín Lutero
- ¿Por qué ejercer el discernimiento?
Conclusión
Es cierto que en los últimos siglos han surgido doctrinas falsas promovidas por personas incompetentes espiritualmente, llevados por emociones o deseos humanos. Otros que se han formado en la sana doctrina, han hecho interpretaciones personales de partes de la Biblia, adulterando parcialmente el verdadero significado de la Palabra.
Pero, ante todo este panorama visible, lo que sí podemos afirmar con toda certeza, queridos hermanos, es que no se ha hecho ningún daño a la verdadera Iglesia de Cristo, al Cuerpo de Cristo, la pequeña manada de Dios. La verdadera Iglesia está y estará segura hasta que sea arrebatada por Cristo, porque El Señor la cuida.
Dios nos ha dado el discernimiento espiritual principalmente para juzgar todas las cosas (1 Corintios 2:15), para distinguir la verdad del error, es decir para reconocer los engaños del diablo y el mundo.
El amor de Dios nos obliga a decir la verdad y a darla a conocer, incluyendo a las personas engañadas que están jugando con un fuego extraño ante Dios y están ellas en peligro espiritual y colocando a otros en peligro de condenación.
La historia de Girolamo Savonarola, Martín Lutero, y de todos los que amaban y seguían las Escrituras en una época extremadamente difícil para la verdadera Iglesia de Cristo, es ejemplo para nosotros ahora hermanos, que debemos enfrentar con la misma fe, discernimiento, decisión y valentía que ellos, a las falsas doctrinas que están dominando hoy en el mundo.
… me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos.
Judas 3