A todas las madres:
Con amor y mucha gratitud saludamos a todas las madres presentes y lejanas.
Queremos hacerles sentir nuestro profundo reconocimiento por el gran amor, abnegación y trabajo que se encuentran asociados a su maravilloso rol.
Rogamos a Dios que las bendiga, fortalezca y otorgue muchas alegrías y satisfacciones al ver el fruto de vuestra labor.
A las 11:00 horas, le invito a incorporarse al Culto Dominical, conectándose a nuestra transmisión directa desde el local de la Iglesia Bíblica Las Condes.
Pasaje bíblico
Hechos 16: 11-15.
Introducción
¡Qué gran mujer fue Lidia!, una mujer a la cual el Señor abrió su corazón para que comenzara la gran obra en lo que hoy es Europa; una mujer con un carácter fuerte, la cual se involucró, desde un principio, con todo su ser, en el trabajo de la iglesia que recién comenzaba.
Al igual que Lidia tenemos a una gran cantidad de mujeres de Dios o, mejor dicho aún, damas de Dios, que participaron muy activamente tanto en el ministerio del Señor Jesucristo como en el nacimiento de la Iglesia.
En esta oportunidad no solo quiero hacer un reconocimiento a las madres, sino que también un reconocimiento a todas las mujeres que han formado parte en el gran ministerio de nuestro Señor, incluyendo la formación de la Iglesia, mujeres que no solo fueron cristianas, sino que también discípulas activas de Cristo.
Consideremos su importante participación:
- Durante el ministerio del señor Jesucristo hasta su ascensión.
- Durante el nacimiento de la Iglesia.
- Durante la expansión de la Iglesia.
Conclusión
La mujer cristiana ha tenido, tiene y tendrá un papel muy importante en la exaltación de la gloria de Dios y en la extensión de Su Reino.
Damas, y ahora me dirijo especialmente a las madres, ayer: el trabajo espiritual de una abuela Loida, de madres como Eunice, María madre de Juan Marcos y muchas otras, permitieron levantar verdaderos gigantes en la fe. Les ruego a las abuelas y a las madres que no dejen de luchar por transmitir los más altos valores que alguien pueda entregar a las nuevas generaciones, los valores establecidos por Dios. Es muy notorio, y nadie desconoce, que vuestros roles hoy se intentan desacreditar por el sistema mundano encabezado por Satanás, pues le teme al poder que Dios les ha otorgado a ustedes.
El Señor bendiga a todas las madres que tienen puesta su confianza en Él, así como a todas sus discípulas que hoy trabajan alrededor del mundo para Su causa.
Abre su boca con sabiduría, y la ley de clemencia está en su lengua.
Proverbios 31: 26