Cita Bíblica: Salmo 89:11-18
Introducción.
En el día de hoy quiero invitarles a realizar una extrapolación del mensaje del domingo pasado, basado en la Primera Epístola de Pedro, y que se tituló: “La Santidad en Cinco Planos”. En esa oportunidad vimos como el Apóstol exhortaba a los hermanos a poner en práctica los sublimes principios enseñados. El hace alusión al prójimo, a los hermanos, a Dios; luego, a los gobernantes y a los jefes.
En esta ocasión, quiero invitarles a ver lo que estos principios trajeron a las naciones donde se respetaron en gran escala. Me refiero, puntualmente, a las consecuencias de la Reforma Protestante del siglo XVI.
Luego que la Reforma entregara al pueblo la Biblia y ésta comenzara a ser predicada desde los púlpitos en el idioma del pueblo. Luego, que sus enseñanzas comenzaran a ser aprendidas, comprendidas y, principalmente, aplicadas, se produjo lo inevitable, las personas y los pueblos en que esto fue una realidad, comenzaron a surgir, comenzaron a destacar.
Lo anterior sucedió porque la Biblia no es un libro de salón, no es un libro de teorías, no es un libro que sólo hace bien al espíritu de quien lo lee y medita, es también, un libro práctico, un libro de campo, un libro que prospera al hombre, su familia y a la nación que lo toma como su bandera.
Consideremos como la aplicación de sus grandes principios influyen positivamente en:
I. LA VIDA PERSONAL Y FAMILIAR
II. LA VIDA NACIONAL
III. LA VIDA MUNDIAL
Conclusión.
La comunión con Dios y su Palabra, sana, restaura y prospera, tanto a una persona como a una nación que se someta. No se trata sólo de una sanidad, restauración y prosperidad interior, sino que también lo es exterior y muy visible. Pensemos: ¿cuántas bendiciones ha traído la aplicación de la Palabra de Dios a tu hogar, desde que ella entró? ¿cuántas bendiciones ha traído la Palabra a las naciones donde sus seguidores son mayoría?
La Palabra de Dios transformada en acción es más potente que todas las bombas atómicas, Ella tiene la facultad de destruir lo malo y construir para bendición y gozo de las personas y las naciones.
“Bienaventurado el pueblo que sabe aclamarte; Andará, oh Jehová, a la luz de tu rostro.” Salmo 89:15