Muy amados hermanos:
El anhelo de mi corazón es que, al recibo del presente boletín, todos ustedes se encuentren bien y recibiendo las bendiciones reservadas para aquellos que desde temprano buscan el rostro del Señor en lectura y oración.
Muchas veces no nos damos cuenta del privilegio que tenemos de poder hablar al oído mismo de Dios, el creador del cielo, la tierra y todo cuanto existe, al cual podemos dirigirnos como nuestro «Padre», y no como a un padre lejano, sino uno que se goza en oírnos, compartir y darnos buenas dádivas.
Dejo con ustedes las palabras de aliento con que el rey David concluye el Salmo 31:
Esforzaos todos vosotros los que esperáis en Jehová, y tome aliento vuestro corazón.
Salmos 31: 24
Les saluda en el amor del Señor,
Lectura bíblica
Números 20: 1-13.
Introducción
Después de 38 largos años de vagar por el desierto, vemos nuevamente al pueblo quejándose contra Dios y Moisés. Era otra generación, pero con el mismo comportamiento que sus padres.
Los versículos 2 al 5 así lo muestran. Al parecer, la Biblia está repitiendo los acontecimientos, pero en realidad son otros los hechos, otros los protagonistas y otros los tiempos.
Lo importante en este relato no es analizar la conducta del pueblo que no cambió mucho con el paso de los años y a pesar de ser una nueva generación, ya sabemos cómo era su comportamiento. Lo interesante del relato es analizar la conducta de Moisés y Aarón, y aprender de lo que sucedió con ellos.
- El enojo de Moisés.
- La desobediencia de Moisés.
- La sentencia de Dios.
Conclusión
Es difícil no conmoverse con lo que sucedió en ese lugar. Vemos a dos grandes hombres de Dios quedar fuera de la tierra prometida que anhelaron por muchos años.
La sentencia de Dios fue que no guiarían al pueblo en la entrada a la tierra que habían buscado por largos 40 años.
La lección más importante que debemos aprender, es que las cosas de Dios tienen un solo método para ejecutarlas, de la manera que Él indica. Con Dios existe un solo camino y no se pueden tomar atajos.
La Biblia habla en extenso, nunca pensemos que el Señor no ha dicho cómo conducirnos, no es ese el problema. Lo que ocurre es que, a veces, ignoramos lo que dice o conocemos solo una parte o sabemos muy bien lo que dice, pero simplemente no obedecemos.
Y se fueron Moisés y Aarón de delante de la congregación a la puerta del tabernáculo de reunión, y se postraron sobre sus rostros; y la gloria de Jehová apareció sobre ellos. Y habló Jehová a Moisés, diciendo: Toma la vara, y reúne la congregación, tú y Aarón tu hermano, y hablad a la peña a vista de ellos; y ella dará su agua, y les sacarás aguas de la peña, y darás de beber a la congregación y a sus bestias.
Números 20: 6-8