Muy apreciados hermanos y amigos:
Junto con traspasar el umbral de un nuevo mes, le pido al Señor que nos otorgue sabiduría y fuerzas para enfrentar los desafíos que traerá consigo, así como pasión por enriquecer esa relación vital descrita por Juan en el capítulo 15 versos 1 al 8, recordando siempre lo dicho por el Señor:
porque separados de mí nada podéis hacer.
Juan 15: 5b
Les saludo con las alentadoras palabras de nuestro Salvador:
yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.
Mateo 28: 20
Sergio Oschilewski M.
Pastor I. Bíblica Las Condes
A las 11:00 horas, le invito a incorporarse al Culto Dominical, conectándose a nuestra transmisión directa desde el local de la Iglesia Bíblica Las Condes.
Pasaje bíblico
Juan 15: 1-8.
Introducción
Una ampolleta separada del sistema que le proporciona la energía no sirve de nada; un bebé en el vientre materno solo se desarrollará normalmente si está vitalmente unido a su madre por medio del cordón umbilical por el cual se nutrirá durante nueve meses; un pámpano separado del tronco que le proporciona la savia es un pámpano estéril, del mismo modo, un redimido que no mantiene una conexión activa con su Redentor, es un cristiano sin frutos.
Muy pronto, en la vida de servicio cristiano, descubrimos que, a pesar del llamado y la salvación otorgada por Cristo, las tareas designadas no se hacen solas. Se requiere de algo más que el llamado. Se trata de una conexión vital, constante y abierta por la que fluye el poder desde la fuente que es Cristo.
Cristo mismo nos habla de esta conexión vital y de cómo debe ser mantenida; conexión sin la cual la vida cristiana es una imitación o bien una frustración. En Juan 15: 1, 2 Jesús dice:
Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto.
Juan 15: 1, 2
Consideremos algunos de los elementos involucrados en esta conexión y en su cuidado.
- «La vid verdadera».
- Los pámpanos.
- Pámpanos con frutos.
- Pámpanos sin fruto.
- Limpieza y «más frutos».
Conclusión
Cuán importante es preguntarnos ¿cuál es mi relación con Cristo; se trata de una relación vital? Si es una relación vital ¿es ella plena y activa? Luego, debemos preguntarnos ¿estoy dispuesto a ser limpiado para llevar más frutos y dar así mayor gloria a Dios?
El Señor nos ilumine para anhelar permanecer siempre conectados a Él recibiendo la rica savia que se transformará en frutos para Su honra y gloria.
En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos.
Juan 15: 8