Queridos hermanos en Cristo Jesús:
Hoy, todavía tenemos el privilegio de compartir el Evangelio con total libertad, lo cual constituye una gran excepción en la historia del cristianismo. Los evangélicos chilenos del siglo XXI debemos estar muy agradecidos por la gran oportunidad que nos ha dado Dios de ser pregoneros sin limitantes del mensaje de salvación al mundo inconverso.
Es importante que seamos conscientes de que el tiempo para aprovechar esta franquicia es limitado, por lo que es oportuno apropiarnos de las palabras dichas al apóstol Pablo:
No temas, sino habla, y no calles;
Hechos 18: 9b
Lectura Bíblica
Juan 12: 35-43.
Introducción
El extenso capítulo doce de Juan, en donde está inserta la lectura de hoy, relata momentos bastante interesantes de la vida de Cristo como ser: la cena en la casa de sus amigos; Marta, María y Lázaro; después de la resurrección de éste; el ungimiento de Jesús por parte de María; lo que preparó el escenario para su futuro sacrificio en la cruz; la entrada triunfal a Jerusalén montado en un asno (Zacarías 9:9); y el anuncio de su muerte, pronunciado por sus propios labios.
En este capítulo podemos ver con claridad el fin del ministerio público de nuestro Señor. Después de lo leído, tenemos las últimas palabras de Cristo, entre los versículos 44-50 del capítulo, constituyendo un buen resumen de lo que afirmaba ser el Señor, es un pequeño compendio de lo que había venido predicando desde el comienzo de su ministerio. Después, prácticamente, no vemos más que un ministerio privado con sus discípulos.
En buenas cuentas, estas son las últimas palabras de Cristo frente a todo un pueblo, podemos decir que nuestra lectura contiene parte del último discurso público de Cristo, dejando un gran desafío. Veamos qué reacción encontramos a sus últimas palabras.
- Muchas señales (Juan 12: 35-37).
- La incredulidad de ellos (Juan 12: 38-40).
- Fe parcial (Juan 12: 41-43).
Conclusión
Cristo no necesita dar más pruebas de quién es y a qué vino. Él cumplió cada cosa que de Él estaba escrita y anunciada desde la creación. Nadie en este mundo puede reprocharle nada ni pedirle más señales.
Hoy, tenemos la bendición de que el llamado, o las palabras de invitación de Cristo, siguen tan vigentes como ayer. Muchos del pueblo no quisieron siquiera oírlas. Otros creyeron, pero tuvieron miedo. Prefirieron buscar su gloria antes que la gloria de Dios y, lamentablemente, quedaron en la misma posición de los primeros, sin alcanzar la tan anhelada Salvación y, por supuesto, tenemos otros que confiaron en Él y creyeron. ¿Con qué grupo se identifica usted?
Entonces Jesús les dijo: Aún por un poco está la luz entre vosotros; andad entre tanto que tenéis luz, para que no os sorprendan las tinieblas; porque el que anda en tinieblas, no sabe a dónde va. Entre tanto que tenéis la luz, creed en la luz, para que seáis hijos de luz.
Estas cosas habló Jesús, y se fue y se ocultó de ellos.
Juan 12: 35-36
Cristo todavía está haciendo este llamado ¿Cómo responderé yo?