Revisa el informativo dominical
Himnos
Estimados hermanos, les saludo anhelando encontrarles bien de salud y descansando en nuestra gloriosa esperanza, Cristo Jesús:
En esta oportunidad quiero honrar a nuestros ancianos, aquellos hermanos a los que Dios les ha dado muchos días de vida, con una reflexión dirigida a toda la Congregación. Entiendo que tras un cristiano que, por su edad, podemos llamar: anciano, encontramos una vida de: oración, servicio, consejo, lectura, estudio, negaciones, conocer personas, y de observar el paso de mucha historia secular y eclesial. También, encontramos una larga lista de: injusticias, desilusiones, llanto solidario y también solitario, y de despedidas de muchos amigos que han partido a la patria celestial. Todas experiencias que han ido forjando, junto con el trabajo directo del Espíritu Santo, a una persona, no sólo con muchos días de vida, sino que también: experimentada y sabia.
al único y sabio Dios, sea gloria mediante Jesucristo para siempre. Amén.
Romanos 16:27
Sergio Oschilewski M.
Pastor I. Bíblica Las Condes
Escucha el audio del mensaje
Pasaje bíblico
Eclesiastés 11:9-12:8
Introducción
Entendemos que las palabras leídas, en el libro de Eclesiastés, fueron escritas por el rey Salomón, cuando él mismo ya era hombre lleno de días. Habría escrito este libro, después de haber vivido todo lo que un hombre podría haber vivido.
Se trata de una especie de «memoria», donde encontramos las experiencias buenas y también las amargas del hombre que llegó a ser el más sabio sobre la tierra. Es el mejor tratado de antropología concebible, escrito con una poesía hermosa y profunda, enriquecida con metáforas geniales y delicadas.
En la porción leída les habla a los jóvenes sobre lo que es la ancianidad y sus cargas.
Cuando somos jóvenes, la vejez resulta algo así como abstracto y que les ocurre a otros; muchos jóvenes creen estar tan, pero tan lejos de la ancianidad, que se niegan siquiera a pensar en ella, siendo que la realidad nos demuestra que se encuentra a la vuelta de la esquina.
- Mensaje a la juventud (Eclesiastés 12:1)
- Limitaciones asociadas a la vejez (Eclesiastés 12:2-5a)
- Consumación de la vejez (Eclesiastés 12:5b-7)
- La vejez no es el fin (Eclesiastés 12:7b; Salmo 92:14)
Conclusión
Es verdad que la vejez trae dolencias y complicaciones: malestares físicos, temores, limitaciones, soledad e incomprensión. Lo anterior es consecuencia de la caída del hombre en el huerto de Edén. Lo maravilloso es que, para el redimido, no es el fin, pues, por delante viene: el sublime encuentro con el Señor junto con la liberación de todos los dolores y molestias, más adelante viene la resurrección con un cuerpo renovado y glorioso; le siguen experiencias maravillosas y sin fin, junto a la alabanza eterna y la gratitud sin límites, siempre junto al Señor.
Llamo a los jóvenes a honrar a nuestros ancianos y a hacerles sentir el cariño que merecen.
Delante de las canas te levantarás, y honrarás el rostro del anciano, y de tu Dios tendrás temor. Yo Jehová.
Levítico 19:32
Aun en la vejez fructificarán; estarán vigorosos y verdes,
Salmo 92:14