Una guía necesaria

Muy estimados hermanos en la fe:

Es mi anhelo encontrarles con la paz, la confianza y el ánimo que solo nuestro Señor puede dar a sus hijos, particularmente en estos días tan convulsionados por multitud de acontecimientos internos y externos que asuelan a la sociedad contemporánea.

Les ruego que permanezcan firmes en la oración, el estudio de La Palabra y, como la meditación de hoy nos recordará, confesando nuestras deudas al Señor, el único que puede perdonarlas y restaurarnos de los daños que nos han alcanzado.

Sergio Oschilewski M.
Pastor I. Bíblica Las Condes


Si usted se encuentra impedido para asistir a nuestro culto dominical presencial, le invitamos a conectarse con nosotros a las 11:00 a nuestra transmisión directa desde el local de la Iglesia Bíblica Las Condes.


Pasaje bíblico

Salmo 51: 10-14.

Introducción

En este hermoso y práctico Salmo vemos al rey David después de que fue confrontado por Dios por medio del profeta Natán por su grave pecado.

En el pecado de David encontramos muchas cosas para analizar. El cómo llegó David a sucumbir y ahondar su pecado constituye un amplio relato que encontramos en 2ª Samuel 11-20; el pecado en sí no se relata en tantos capítulos, pero la consecuencia de ese pecado dura mucho; por eso, para entender lo que produjo se tiene que leer en extenso en el libro de Samuel.

Como dije, se pueden analizar muchos aspectos del pecado de David, pero hoy solo quiero concentrarme en parte de las cosas que David le dice a Dios. Analizar en sí el pecado de David es de gran utilidad, pero creo que es uno de los episodios más estudiados y conocidos de la vida de este hombre por lo que, en esta oportunidad, no entraremos en el hecho mismo.

Hoy solo veremos algunos versículos del Salmo, donde principalmente vemos a un David humillado delante del Señor. Creo que el Salmo 51, tal como señala el título de esta meditación, es una buena guía para el pecador y contiene aspectos muy interesantes en los cuales debemos poner especial atención. Veamos algunos de esos aspectos.

  1. Su petición (Salmo 51: 10).
  2. Su temor (Salmo 51: 11-12).
  3. Su promesa (Salmo 51: 13-14).

Conclusión

Sin duda alguna David debe ser uno de los grandes personajes de Las Escrituras, fue un gran rey, un valiente soldado, un gran músico que escribió hermosos salmos, y por sobre todo, un hombre que buscó el rostro de Dios. Pero, como todos los seres humanos, fue también un pecador que necesitó aferrarse a Dios para pasar a la eternidad.

En estos breves versículos vemos la necesidad que tenía David de perdón por su gran pecado, vemos el daño que el pecado hizo en él, vemos la necesidad que tenía de un nuevo corazón para Dios y, también, vemos algo que no podemos dejar pasar, ese temor de perder la comunión con Dios, algo que también nos debería preocupar a nosotros.

David calló mucho tiempo y el pecado hizo daño en él y quebró la comunión que tenía con Dios, su vida se secó por dentro, perdió el gozo maravilloso que da el Señor y no podía ser útil para la obra de Dios; con ello, entró el temor y la desesperanza en él. A veces creemos que los pecados no pueden hacer daño, pero el pecado es tan fuerte que lo puede destruir todo.

Aprendamos de esta lección que nos da Dios, a través de David: él pecó, pero se humilló; fue perdonado y volvió a ser útil para la obra de Dios; luego, él prometió dar testimonio, predicar y alabar su nombre, como también debemos hacerlo nosotros, porque, al igual que David, fuimos perdonados.

Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí.

Salmo 51: 10

Predicador

Hermano Julio Salvador Álamo

Fecha

11 de junio de 2022

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