Un Padre paciente, sabio y fiel

Muy estimados hermanos en Cristo:

Cuán importante es que el Señor avive nuestras motivaciones, nos otorgue nuevas fuerzas y nos aclare lo que es su visión para nuestra iglesia local. Esto lo requerimos en forma constante, pues somos dados a dejarnos llevar por la inercia, nuestras fuerzas decaen y la visión tiende a ponerse borrosa.

Hermanos, los tiempos no están para relajarse, sino todo lo contrario. Todos los que formamos parte de la Iglesia del Señor Jesucristo, debemos reavivar nuestras oraciones, buscando en forma diaria el rostro del Señor y su buena voluntad, así como participando en forma activa del servicio al que somos llamados.

Avívame en tu camino. Confirma tu palabra a tu siervo, que te teme.

Salmos 119: 37b, 38

El Señor bendiga vuestra semana.


Pasaje bíblico

Salmos 92: 1-4.

Introducción

El domingo pasado decíamos que no pocos creyentes se conforman con haber sido salvados, con ser perdonados y con haber sido librados del Infierno, todas cosas en extremo importantes, sin embargo, descuidan la exploración de importantísimos terrenos, como aquel que se relaciona con al conocimiento de nuestro Padre Celestial. Cuán importante es conocerlo más y más, no solo por curiosidad, sino porque, por ignorancia, normalmente pasamos necesidades, a pesar de que hay recursos maravillosos a nuestro alcance que probablemente nunca hemos ocupado y que nos han llevado a pasar penurias solo por descuido.

Nuestra exploración nos llevó a encontrarnos con un Dios y Padre; de esperanza, de consolación y de paz; esos fueron los tres territorios en los cuales incursionamos el domingo pasado.

En esta oportunidad les invito a continuar con nuestra exploración bíblica para conocer un poco más a nuestro Señor y Padre. Pues bien, la Biblia también nos enseña que nuestro Padre es Dios:

  1. De paciencia (Romanos 15: 4-5).
    1. Frutos de la paciencia divina.
    2. Paciencia humana.
    3. Paciencia con límites.
  2. Sabio (Romanos 16: 27).
  3. Fiel (1ª Corintios 1: 9).

Conclusión

De esta manera, a las virtudes antes consideradas de nuestro Padre, por las que se le conoce como el Dios de esperanza, de toda consolación y de paz, se suman aquellas por las que también se le conoce como el Dios: de la paciencia, la sabiduría y la fidelidad.

El que vive en una estrecha comunión con Dios conocerá, y más aún experimentará, esa paz, esa consolación y esa esperanza, además, gustará y crecerá en sabiduría, paciencia y fidelidad.

No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene grande galardón; porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa. Porque aún un poquito, Y el que ha de venir vendrá, y no tardará.

Hebreos 10:35-37

Predicador

Pastor Sergio Oschilewski Malinowski

Fecha

16 de octubre de 2022