En comunión con Dios

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Himnos


Muy buenos días a todos mis hermanos en la fe:

La salvación ofrecida por nuestro Señor es un don inmerecido, dado por gracia y recibido por un acto de fe. Sin embargo, la gracia de Dios va mucho más lejos aún, pues nuestro Salvador quiere vivir en estrecha comunión con aquellos que le han abierto su corazón, vitalizándolos, orientándolos, estimulándolos, consolándolos, enriqueciendo sus vidas, y esto en forma permanente.

En el día de hoy les invito cordialmente a reconsiderar como estamos aprovechando este ofrecimiento de invaluable valor.

La gracia del Señor Jesucristo esté con vosotros.

1ª Corintios 16:23

Sergio Oschilewski M.
Pastor I. Bíblica Las Condes


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Pasaje bíblico

1ª Corintios 1:4-9

Introducción

Pablo les escribe a los hermanos de Corinto: «Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor.» (1ª Corintios 1:9). Entendemos, pues, que nuestro llamado no es sólo para ser salvos por la comunión con Cristo y su Obra, lo cual es algo sublime, sino que, además a participar de una relación íntima y constante con nuestro redentor. Considerando lo que dice Apocalipsis 3:20: «si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.», se ratifica que, al estar Cristo en nuestra vida, nos encontramos en una posición de privilegio en la que él nos insta a cenar en una rica comunión diaria con Él.

Hay, pues, una invitación a cenar a la que pocos dan importancia y aunque cuando algunos sí lo hacen, no siempre la valorizan ni aprovechan como se esperaría; es la sublime invitación, aún en pie, ofrecida por el Señor Jesucristo de entrar a nuestra vida y cenar con nosotros en íntima comunión. Les invito a considerar este importante asunto.

  1. Cenas de honor.
  2. Comunión prometida.
  3. Comunión perdida.
  4. Comunión recuperada.

Conclusión

¿Cuándo fue la última vez que te sentaste a disfrutar de una cenar con el Señor? ¿Cuándo fue la última vez que disfrutaste de la conversación con Él?

Les invito a que cada día del resto del año 2021 constituya una ocasión para cenar con el Señor. Podremos comprobar que muchas cosas cambiarán para bien. Pensemos en la gran diferencia que hay entre terminar un día con la preocupación de mañana y terminarlo con el corazón satisfecho y agradado por haber participado de un grato y sabroso banquete de oración y lectura con el Señor.

La comunión íntima de Jehová es con los que le temen,

Salmos 25:14a

Predicador

Pastor Sergio Oschilewski Malinowski

Fecha

24 de abril de 2021

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