Compartiendo un pensamiento y una vivencia:
Enseñando a nuestros hijos la verdadera dicha:
“Camina en su integridad el justo; Sus hijos son dichosos después de él.” Prov.20:7
“En toda la Biblia es claro que el criar hijos se consideraba una maravillosa bendición de Dios, una experiencia, gozosa. Hoy uno de los mayores privilegios de la vida sigue siendo el hecho de traer una criatura al mundo, un pequeño ser humano vulnerable que confía en nosotros para todas sus necesidades. ¡Qué maravillosa oportunidad es enseñar a estos pequeños a amar a Dios de todo corazón, y servir a su prójimo toda la vida! No hay llamamiento más grande que ese, ni mejor herencia que podamos dejarles. Es en estas enseñanzas que radicará su dicha, “después” de nosotros.
Nuestros hijos crecen rápidamente, y los días en que estuvimos juntos en casa se vuelven un recuerdo distante. Por eso debemos aprovechar al máximo todo momento en que aún están bajo nuestro especial cuidado” Bas. HCH
El fruto de un hogar donde Cristo es el centro:
“En el temor de Jehová está la fuerte confianza; Y esperanza tendrán sus hijos.” Prov.14:26
El Dr. Howard Guinness, quien fuera presidente de la Inter-Varsity Fellowship y nieto del gran Henry Grattan Guinness, relata de la siguiente manera los recuerdos de su hogar donde Cristo era el modelo a seguir.
“Nunca podré pagar la deuda de gratitud contraída con mis padres por el dedicado hogar cristiano en el que me crié. Mi padre era un médico que nunca practicó su profesión debido a las exigencias y a las demandas de la vida cristiana. Dirigente de la actividad misionera, evangelista y conferencista en la Asociación Cristiana de Jóvenes, debió gran parte de su visión a su padre, Henry Grattan Guinness, que logró audiencias de decenas de miles de personas juntamente con Spurgeon, cuando eran jóvenes. Mi madre era una mujer tranquila, firme y práctica, ¡lo cual venía de perillas al estar casada con mi padre!
Contaba yo con once años de edad cuando murió mi padre… tres años después, … me convertí.” S.H.G.