Muy estimados hermanos en la fe:
Solo con el Señor se puede llevar a cabo el ministerio de la paternidad; intentarlo sin Él es imposible. Ayer, Dios le decía a Israel: «Porque yo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice: No temas, yo te ayudo.» (Isaías 41: 13). Hoy, esta verdad prevalece para sus hijos; tenemos un ayudador en todas las tareas de la vida, que nos dice: «yo te ayudo». Demos gracias al Señor por su disposición, no dudemos en reconocer nuestra necesidad y digamos a coro todos los padres: «sí, Señor, ¡ayúdame!», pues la sociedad ha enloquecido, dejando tus preceptos, mientras que, enceguecidos, colocan a sus hijos en los brazos de dioses falsos.
En el temor de Jehová está la fuerte confianza; Y esperanza tendrán sus hijos.
Proverbios 14: 26
Sergio Oschilewski Malinowski
Pastor Iglesia Bíblica Las Condes
Lectura Bíblica
Proverbios 20: 1-7 (5-7).
Introducción
En el versículo 7 de la porción leída, decía: «Camina en su integridad el justo; Sus hijos son dichosos después de él.» (Proverbios 20: 7).
Me llama la atención la expresión: «Sus hijos son dichosos después de él.» Una de las mayores preocupaciones que tenemos los padres es que nuestros hijos sean dichosos, no solo hoy, sino también, después de nosotros. Todos los padres anhelamos que nuestros hijos: no pasen por los problemas amargos que hemos experimentado; no vivan las experiencias que a nosotros nos sacaron lágrimas y/o nos llevaron a experimentar grandes frustraciones e indignaciones.
Por otro lado, la mayoría de los padres anhelamos que nuestros hijos: lleguen a ser mejor preparados que nosotros; que tengan más recursos, destrezas y herramientas para enfrentar la vida. Además, que alcancen muchas metas y satisfacciones. En general, que experimenten mayores momentos de dicha que los que nosotros vivimos.
Luego, para los padres renacidos en Cristo, es un ideal el que nuestros hijos también sean mejores cristianos que nosotros, produciendo con sus vidas constantes motivos para la mayor gloria de Dios.
¿Hay alguna manera en la que podamos aportar para que lo anterior sea una realidad? Consideremos el proverbio.
- La dicha como herencia.
- El justo caminando en integridad.
- Con relación a mi vida personal.
- Con relación a su cargo.
- Servicio sacerdotal.
- Interceder.
- Enseñar.
- Reconciliar.
- Bendecir.
- Examinar y prever.
Conclusión
Creo que ahora podemos entender mejor la razón por la cual el autor de Proverbios, dice: «Camina en su integridad el justo; Sus hijos son dichosos después de él.» (Proverbios 20: 7), pues la dicha de los hijos es fruto del caminar íntegro de un padre justo.
Padres, cumplamos con la voluntad de Dios, asumiendo el sacerdocio asignado; seamos, con la ayuda del Padre Eterno, los sacerdotes activos de nuestras familias.
Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio
1ª Pedro 2: 9