Cita Bíblica: Lucas 20:1-8
Introducción: Mientras Jesús enseñaba y predicaba el Evangelio en el templo, el Sanedrín le interrumpió. Ellos estaban preocupados por la popularidad que Jesús había alcanzado en el pueblo y no querían perder su posición y poder, aún a costa de dar muerte a Jesús.
I. UNA CUESTIÓN DE AUTORIDAD
– Estos hombres representaban la Corte Suprema religiosa del pueblo.
– Tenían la obligación, por ley, de probar a los que profesaban ser profetas (Deut. 13:1-3; 18:15-22).
– Ellos reconocían la gran influencia que Jesús tenía con la gente (Mar. 11:18; Luc. 19:48).
– Querían convencer al pueblo de que Jesús obraba sin autoridad alguna y luego destruirlo.
– Quedaron patentes dos cosas: su ceguera ante las cosas espirituales que son de Dios, y su hipocresía.
II. LA AUTORIDAD DEL CREYENTE
A. ¿De dónde proviene nuestra autoridad? Nuestra autoridad nos la da Dios.
B. ¿Cómo la da? Por medio de nuestra vida espiritual.
C. ¿Y qué es lo que conocemos como vida espiritual? En 1ª Corintios capítulo 2, Pablo nos da ciertas claves:
1. Los que amamos a Dios, hemos recibido el Espíritu que proviene de Dios.
2. Hablamos las palabras que nos enseña el Espíritu de Dios.
3. Podemos percibir las cosas que son del Espíritu de Dios, y las discernimos espiritualmente.
4. Tenemos la mente de Cristo.
D. ¿Consecuencia de esto en nuestra vida en el mundo? Pablo a los filipenses, capítulo 2:
1. Ocúpense de vuestra salvación con temor y temblor.
2. Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.
3. Seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha.
4. Resplandecéis como luminares en el mundo. Asidos de la palabra de vida.
E. El creyente en Cristo no debe medir su espiritualidad solamente mediante el reconocimiento de las cosas que ya no practica; la vida espiritual se mide mejor por medio de las nuevas cosas que practica el creyente y que honran a Dios.
Somos hechos hijos de Dios, coherederos con Cristo, y como tales tenemos la autoridad divina.
III. LA PREGUNTA DE CRISTO
¿El bautismo de Juan, ¿era del cielo, o de los hombres? Lucas 20:4
– Toda doctrina y prácticas religiosas deben ser examinadas con esta pregunta.
– Al hablar Jesús del “bautismo de Juan” se refería al ministerio de Juan.
– Juan predicaba que él era mandatado por Dios y que Jesús era el Mesías de Israel. Juan 1:27-34.
– Si los fariseos admitían que el ministerio de Juan era de Dios, tenían que admitir que Jesús era el Mesías.
IV. EL SECRETISMO DE LA HIPOCRESÍA
La autoridad religiosa de Israel, en su hipocresía, negó ante Jesús el origen divino de la misión de Juan. Jesús desconoció su autoridad ante su incapacidad espiritual para responderle.
Esta actitud ha persistido en el tiempo en contra de los ministros de la Palabra de Dios.
Conclusión: La misma falsedad de que se hicieron culpables los enemigos de nuestro Señor, tratará de detener nuestra acción evangelizadora hoy día.
Aun así, hermanos, continuemos con paciencia el camino que el Señor nos ha señalado. Por la Gracia de Dios y su poder, sabemos que parte de los que hoy nos vilipendian, llegarán un día a recibir al Señor Jesús como su salvador, y confesaran algún día que tenías razón, aunque hoy griten a voz en cuello que no la tienes.