El Edificio que por muchos años ha albergado a la Iglesia Bíblica Las Condes
40 años
1982 – 2022
Muy amados hermanos en la fe:
Al cumplir nuestra Iglesia 40 años de servicio ininterrumpido, agradezco a Dios por su aliento, amparo y dirección. Luego, felicito y doy las gracias a aquellos que se han mantenido firmes en la fe y sin claudicar ante la misión que una vez nos fuera encomendada.
Nuestra visión y objetivos están fundamentados en La Palabra Santa, la cual creemos debe ser interpretada en forma natural, o literal, razón por la cual, estamos en una posición que puede ser difícil de entender por muchos de nuestros amigos y conocidos que no guardan una relación vital con El Libro de los libros.
Sabemos demasiado bien, que el camino trazado por Cristo para su pueblo, no solo no es popular, sino que implica renuncias y aún grandes injusticias, pero es el mejor camino que se puede elegir para transitar durante nuestro peregrinaje bajo el sol.
Estamos convencidos de que el éxito de una iglesia local no se mide por las grandes cifras ni por la popularidad alcanzada, sino que se mide por la pureza de la doctrina, por la constancia en mantenerse firme en medio de las olas relativistas; se mide por la perseverancia y desempeño de su ministerio legado por las Sagradas Escrituras a pesar de las tendencias secularistas que ofrecen con insistencia una sabrosa simbiosis entre cristianismo y mundanalidad, cristianizando la cultura que les rodea e introduciendo en la iglesia local los elementos mundanos que más agradan al vecindario y, por supuesto, al viejo hombre.
Hermanos, les invito a continuar avanzando, sin claudicar, en la doctrina y la práctica de la enseñanza bíblica procurando ser el modelo de persona que Cristo manda, a pesar de toda la oposición, que bien sabemos, irá en aumento.
Agradezco en forma muy especial a todos mis hermanos que, a pesar de tantas dificultades experimentadas en los últimos años, han permanecido firmes orando y trabajando en la Obra. Cuán importante ha sido sentir su apoyo moral, espiritual y físico en forma constante, tanto en los momentos más complejos como en los de triunfo. Pido al Señor que les recompense ricamente por su amistad y, sobre todo, por su amor a nuestro Salvador y la tarea encomendada.
Una fraternal y fuerte abrazo para todos.
Sergio Oschilewski M.
Pastor I. Bíblica Las Condes
Si usted se encuentra impedido de asistir al local de la Iglesia, le recordamos que puede conectarse a nuestro culto dominical en horas de la tarde del domingo, por medio de nuestro canal de YouTube.
Cita bíblica
Colosenses 3: 12-17.
Introducción
Con el «nuevo nacimiento», la persona es inmersa en el Cuerpo de Cristo, más conocido como la Iglesia Universal. De lo anterior entendemos que el cristiano vive su nueva vida integrado a una familia de hermanos que se subdividen en grupos llamados iglesias locales. Desde ahí sale al mundo y se relaciona con otras personas con quienes convive diariamente.
Ahora bien, en esta familia, llamada el Cuerpo de Cristo, y más particularmente, en la iglesia local, el cristiano crece y descubre sus dones para el desarrollo armónico de dicho cuerpo.
La vida cristiana es una vida llena de acción e interacción entre personas con caracteres diferentes, experiencias de vida diferentes y también en diferentes estados de madurez espiritual. Lo anterior la hace fascinante, pero también, no exenta de trabajos y situaciones que pueden presentar cierto grado de dificultad. Consideremos lo siguiente:
- Diversidad de miembros.
- Variadas personalidades, culturas y experiencias.
- Yo, una parte de ese complejo cuerpo.
- Diversidad de tareas.
- En pos de la unidad.
Conclusión
Al interior de la iglesia local, todos trabajamos para el desarrollo y la salud de los otros, procurando obtener lo bueno para mis hermanos y, con ello, para todo el Cuerpo. Cada hermano es considerado como un apoyo para el otro, animándolo, exhortándolo, amparándolo, siendo ejemplo y aún amonestándolo.
Solo cuando la iglesia se encuentra realizando bien sus tareas internas, puede llevar a cabo sus tareas externas con éxito.
Por lo cual, animaos unos a otros, y edificaos unos a otros, así como lo hacéis.
1ª Tesalonicenses 5: 11
