Cita Bíblica: 1ª Corintios 3:10
Introducción: Pablo nos da la idea aquí de un examen, que es el juicio que se llevará a cabo en el cielo, donde Cristo examinará la obra de cada miembro de su Iglesia, después del arrebatamiento.
El juicio de Jesucristo a los creyentes se hará en relación a nuestras obras. De lo que hayamos hecho para Dios, en nuestra vida diaria en el mundo, obras buenas y malas.
I. LAS BUENAS OBRAS
Comencemos a preocuparnos en hacer aquello que nos reporte ganancia a los ojos de Cristo, como por ejemplo:
– Todo aquello que glorifique a Dios.
– Todo aquello que favorezca nuestro crecimiento espiritual en la gracia y nuestro conocimiento de Cristo.
– Todo aquello que no deshonre nuestro cuerpo, que es templo de Dios.
– En general, todas aquellas obras que no son del mundo y que no sean para gloria humana. Las buenas obras son el resultado de la acción del Espíritu Santo en nosotros.
II. RAZONES POR LAS QUE SOMOS DESOBEDIENTES
A) Comenzamos a separarnos de Dios cuando dejamos de ser humildes.
Nos apartamos de nuestro verdadero lugar cuando dejamos de reconocer nuestra dependencia absoluta respecto del Señor, y nos olvidamos que todas nuestras habilidades, dones o atribuciones frente a los demás provienen de Dios.
B) Somos desobedientes si no guardamos los tiempos de Dios.
Si nos creemos autosuficientes, vamos a correr más que Dios, es decir no esperaremos los tiempos de Dios sino que avanzaremos según nuestro criterio humano.
Tan peligroso como ir demasiado aprisa es lo contrario, si nos resistimos a la voluntad de Dios, si nos quedamos atrás, refugiándonos en una pereza somnolienta o cayendo en la apatía espiritual.
Algunos Ejemplos:
1. Un ambiente inconverso.
Un ejemplo de un creyente, cuyas condiciones le dificultan el mantenerse en comunión con el Señor, es aquel cuya familia, especialmente su cónyuge y sus hijos, o también los padres, no comparten su fe.
La situación puede llegar a ser bastante difícil, e incluso aflictiva para el hermano, quien podría ceder a las presiones mundanas y se aparte del camino que el Señor le ha trazado.
Dios habla claramente a los hermanos que sufren esta situación u otras similares.
Los creyentes pueden encontrar estas dificultades no sólo en el hogar, sino también en sus lugares de trabajo, con su vecindario, en el colegio, la universidad, etc. En todos esos casos mantengamos en nuestra mente lo que Dios nos dice en su palabra, manteniéndonos fieles a él.
2. La autoridad de la Biblia.
Nosotros como creyentes debemos mantenernos firmes en la autoridad de la Biblia, para todo lo referente a Dios y lo que Dios nos ha revelado, especialmente de nuestra relación con él.
Existe el error de que nuestras experiencias pueden ser más importantes que lo que dice la Biblia. as. Si adaptamos la escritura a nuestra experiencia, estamos buscando la impunidad de nuestras malas acciones, en nuestra conciencia, así lo único que conseguiremos es que Dios se aleje de nosotros.
III. LO QUE OCURRE CON EL CREYENTE ALEJADO
A) Dios disciplina a sus hijos desobedientes.
Cuando un verdadero hijo de Dios es desobediente, Dios lo disciplina con el fin de corregirle. Como un verdadero padre terrenal que corrige a su hijo cuando desobedece o hace algo malo, así también Dios obra en nuestra vida.
B) ¿Qué ocurrirá en el arrebatamiento de la iglesia?
Cristo no va a dejar que sus hijos desobedientes, que no están permaneciendo en comunión con él, deban sufrir la tribulación, sino que viene a buscar a todos sus hijos, los fieles e infieles con el fin de llevarlos a su presencia. En ese momento el creyente alejado de Dios tendrá vergüenza por su desobediencia.
C) Los hijos desobedientes pierden su recompensa.
Dios examinará a todos los creyentes en cuanto al servicio, dándoles una recompensa eterna por las buenas obras hechas para Él. Cuando un creyente se aleja de Dios, corre el riesgo de no cumplir el plan de Dios para su vida y de perder su recompensa. El creyente es salvo pero no tiene recompensa eterna por las obras que hizo mientras estaba alejado del Señor. Es muy similar a lo que pasó físicamente a Lot en Sodoma, él perdió todo lo que había acumulado en este mundo y solo sacó la ropa que tenía puesta. Todas las demás cosas que tenía fueron quemadas en Sodoma. Salvó la vida pero perdió todo. El creyente alejado de Dios pierde toda recompensa pero tiene la vida eterna, es salvo “aunque así como por fuego”.
Conclusión: Las buenas obras son producto de nuestra obediencia a Dios. Mientras seamos obedientes a Dios, estaremos en comunión con él. En caso contrario, él se alejará de nosotros.
Debemos ser fieles a Dios aunque él nos coloque en situaciones de aflicción
Si nos desviamos de la sana doctrina Dios también se alejará de nosotros
Si un verdadero creyente desobedece a Dios y se aleja de Él, entonces Dios obra disciplinándole con el fin de que enmiende su camino.