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Himnos
Otra vez Jesús les habló, diciendo:
Juan 8:12
Yo soy la luz del mundo;
el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.
Les saludo, pidiendo a nuestro Señor que su gracia y su paz sean con cada uno de ustedes:
Así como Navidad nos recuerda la primera venida del Señor, también debe recordarnos su promesa de volver por nosotros. En este domingo, previo al navideño, les invito a que miremos hacia adelante, hacia el gran momento en que seremos llamados a estar con Cristo para siempre, en las regiones celestiales.
Les desea un grato y reparador descanso.
Sergio Oschilewski M.
Pr. I. Bíblica Las Condes
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Cita Bíblica
Filipenses 1:6-10
Introducción
Notamos que en nuestra lectura, en dos oportunidades, el Apóstol Pablo coloca como meta, para una acción o logro, a un día muy especial. En el verso 6 dice: «estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo;», luego, en el verso 10 dice: «para que aprobéis lo mejor, a fin de que seáis sinceros e irreprensibles para el día de Cristo,».
Es pues, «el día de Jesucristo» o «el día de Cristo», la visión de una meta suprema que motivó, que fue esperanza y vida para todos los apóstoles y todos los creyentes del tiempo bíblico.
Un saludo entre los cristianos de la iglesia primitiva fue: Maranatha, término que viene del arameo y significa: el Señor viene o bien: ¡Ven, Señor! Esta expresión es usada por el apóstol Pablo al concluir su primera carta a los corintios: «El Señor viene» (Maranatha) (1ª Colosenses 16:22b). Este fue un saludo y una oración de esperanza y unidad, que fortalecía la santidad de los creyentes, al recordarse mutuamente, que había que estar siempre preparados para el momento en que estaríamos frente a frente a nuestro Salvador.
Hermano, ¿le produce gozo el pensar que el Señor ya viene por usted? ¿Cuál es la expectativa de la Iglesia de hoy referente a este gran tema bíblico?
A continuación les invito a considerar los siguientes aspectos de tan grande tema:
- Segunda venida y rapto.
- La desestimación del rapto. Si no valorizamos la doctrina del Arrebatamiento de la Iglesia, tenemos, a lo menos, cuatro problemas:
- Entristecemos al Señor al que tanto le interesa el tema.
- Desvalorizamos una doctrina que nos motiva a cuidarnos y a buscar la santificación.
- Perdemos bendiciones.
- Nos constituimos en obreros que no trazan bien la palabra de verdad.
- Como se espera hoy el rapto.
- Creyentes que esperan, pero no quieren que el momento llegue.
- Creyentes que esperan con pasión.
Conclusión
Examinemos nuestra gran esperanza y también nuestra motivación ¿cómo estoy esperando el gran momento en que el Señor me dirá: «Sube acá»? ¿con temor, sin ganas, con pocas expectativas o amando «su venida», por cuanto: «así estaremos siempre con el Señor» (1ª Tesalonicenses 4:17a)?
Responder a esta pregunta con sinceridad, es muy importante. Es posible que descubramos que tendremos que hacer algún ajuste en nuestra espera, con tal de que la pasión corresponda a la grandeza del evento inminente.
Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria.
Colosenses 3:4
Maranatha