

Al Cristo crucificado
Queridos hermanos en la fe:
Siguiendo con el tema iniciado en el boletín anterior acerca de la Agenda 2030, notamos que lo primero que vemos referente a ella es su cara visible o carta de presentación, que no es otra sino los difundidos 17 objetivos de desarrollo sostenible. Menos conocidas son las 169 metas y los más de 230 indicadores. Mucho menos conocida aún es la relación de la ONU con el Foro Económico Mundial, así como la filosofía y principios que impregnan a esta Agenda, a sus fundadores, así como a los participantes del FEM (o Foro de Davos).
Haciendo un poco de historia, el 25 de septiembre de 2015, se escribía: «La Asamblea General de la ONU adoptó hoy la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, un plan de acción a favor de las personas, el planeta y la prosperidad, que también tiene la intención de fortalecer la paz universal y el acceso a la justicia.» Más adelante se agrega: «La nueva estrategia regirá los programas de desarrollo mundiales durante los próximos 15 años. Al adoptarla, los Estados se comprometieron a movilizar los medios necesarios para su implementación, mediante alianzas centradas especialmente en las necesidades de los más pobres y vulnerables».
¿Qué sucede con nuestra nación? Pues, «por medio del Decreto n.° 49 del Ministerio de Relaciones Exteriores, se crea en Chile el “Consejo Nacional para la implementación de la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible”. Este consejo se encuentra integrado por: el ministerio de Relaciones Exteriores, el cual lo preside; el Ministerio de Economía Fomento y Turismo; Ministerio de Desarrollo Social; y Ministerio de Medio Ambiente. El artículo 1 del Decreto n.° 49, nos plantea que el objetivo del Consejo es: “asesorar al Presidente/a de la República y servir de instancia de coordinación para la implementación y seguimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, en adelante ‘ODS’, y de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.”».
El apóstol Pablo advierte: «Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad; sólo que hay quien al presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en medio.» (2ª Tesalonicenses 2: 7).
Pastor Sergio Oschilewski Malinowski
Iglesia Bíblica Las Condes
Lectura Bíblica
Así que, hermanos, cuando fui a vosotros para anunciaros el testimonio de Dios, no fui con excelencia de palabras o de sabiduría. Pues me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a este crucificado. Y estuve entre vosotros con debilidad, y mucho temor y temblor; y ni mi palabra ni mi predicación fue con palabras persuasivas de humana sabiduría, sino con demostración del Espíritu y de poder, para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.
1ª Corintios 2: 1-5
Introducción
Cuando se habla de Cristo, se pueden decir infinidad de cosas partiendo por su importancia en la historia de la humanidad, tanto así que dividió nuestro calendario actual en un antes y un después de él.
Para algunos, Cristo es solo un gran personaje más de la historia; otros, hablan de él como uno de los más grandes sabios de este mundo; otros, lo ven solo como uno de los tantos guías espirituales que han existido. Muchos admiran sus palabras y sus enseñanzas, así como su capacidad de oratoria, su capacidad para dar respuestas sabias y adecuadas a cada interrogador. Incluso, muchos hablan de él sin tener el más mínimo conocimiento de su persona.
En tan solo tres años de vida pública, Cristo produjo un gran cambio en el pensamiento occidental, quedando sus enseñanzas hasta el día de hoy. Muchas de ellas fueron la base de la fundación de muchas naciones. Ahora bien, uno se puede preguntar: ¿cristo es solo lo considerado? ¿un personaje histórico, un sabio, un guía espiritual, alguien que marcó nuestro calendario y un ejemplo a seguir?
Cristo, sin duda alguna, es mucho más que todo lo anterior. La persona de Cristo es muy amplia y es así como Pablo en la primera carta a los corintios nos presenta a Cristo en su más grande tarea. Se nos muestra la profundidad de su muerte en toda su riqueza y grandeza.
Desde la perspectiva humana, el mensaje del Evangelio parece insensato, contradictorio, porque nos presenta como punto fundamental a un Salvador, que sufrió y murió en una cruz.
Veamos algunos aspectos que nos presenta el apóstol Pablo de este Cristo crucificado y qué significa esto para el mundo y para nosotros.
- Tropezadero (1ª Corintios 1: 23a).
- Locura (1ª Corintios 1: 23b).
- Poder y sabiduría (1ª Corintios 1: 24).
Conclusión
Sin duda alguna, la cruz de Cristo ofende, escandaliza y es tropezadero para muchos; es locura o necedad para el mundo; implica cosas que les es difícil comprender, pues, frente a Dios, no es válido ni el conocimiento ni el orgullo, ni siquiera la inteligencia del más destacado de los hombres, porque él es más sabio y poderoso que el más brillante de ellos. Para las cosas de Dios se necesita mucho más que sabiduría y conocimiento, se necesita una fe humilde y la iluminación del Señor.
¿Qué haremos con el mensaje? ¿Lo predicaremos a medias? ¿Dejaremos de hacerlo porque el mundo se escandaliza o considera que es locura? ¿Dejaremos que la hierba cubra las grandes verdades del evangelio, quizás?
Dios nos ayude a mantenernos firmes y fieles a su hermoso y único mensaje de salvación: el del Cristo crucificado. No lo dudemos: predicamos la verdad, poder y sabiduría de Dios, fundamento firme de nuestra salvación.
para que vuestra fe no esté fundada en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios.
1ª Corintios 2: 5