A todos los padres

Algo que todos los seres humanos tenemos en común es que cada uno de nosotros tiene un padre. Todos son diferentes en muchos aspectos y así, nuestros recuerdos sobre ellos también varían enormemente.

Algo que todos debiéramos tener en común es que todos tengamos un Padre Celestial. Lamentablemente lo segundo no se cumple para todos, aunque el ofrecimiento está. Dios nos llama a recibir su adopción y ser coherederos con Cristo.

No sólo nos ofrece salvación eterna y una vida abundante; también quiere ser nuestro Padre. Nos llama a vivir en el Espíritu.

Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.
Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba Padre! El espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.

Romanos 8:14 al 16

Busca tiempo para estar a solas con tu Padre Celestial, escucha Su voz y ábrele tu corazón.

Hoy a la fecha quizá no todos tengan a su padre terrenal consigo. Quizá tu padre es o fue un gran hombre, o quizá te decepcionó más de alguna vez. Historias hay muchas. Pero una realidad que no cambia es Dios. El padre celestial que ama a sus hijos con amor infinito, que nos cuida y tiene gran paciencia. Un Padre Santo, perfecto, justo y dulce.

Oremos dando gracias a Dios por nuestro padre terrenal, aprendamos a amar, respetar y cuidar a nuestros padres.

Predicador

Christine

Fecha

13 de junio de 2009

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