Cita Bíblica: 1ª de Pedro 1:8-15
Introducción.
La Consagración: Este es el punto vital para todo cristiano, es la ofrenda que Dios espera de nosotros, y la de mayor importancia: Perseverar en la Palabra de Dios, tanto en mayor conocimiento, como en aplicarla en nosotros mismos, y en enseñarla y difundirla. Perseverar en la oración por nosotros, mediando por otros hermanos, por los que no conocen al Señor, y con acción de Gracias.
¿Por qué? Porque el fin de nuestra fe es la salvación de nuestras almas.
I. LA ENTREGA
A) Debe ser con un corazón sincero.
B) Debe ser voluntaria.
C) Debe ser informada y racional.
II. UNA NUEVA CONDUCTA
A) Pertenecer a una Iglesia Cristiana local.
B) Ceñid los lomos de vuestro entendimiento y sed sobrios.
III. LA PALABRA PUESTA EN PRÁCTICA
A) La autocrítica.
B) La oración.
C) La consolación y la Ayuda.
D) La participación en las actividades de la Iglesia.
Conclusión.
Estamos aquí porque hemos decidido consagrarnos a Cristo, con sinceridad de corazón, voluntariamente y basados en la razón emanada de su Palabra.
El Señor nos dará todo lo necesario para hacer sus obras y para alcanzar victoria en las batallas espirituales.
Seremos miembros activos y participativos de nuestra Iglesia local.
La autocrítica respecto de nuestro andar cristiano debe ser continua y con oración.
“como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia; sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir;”