Vigías en acción, parte I

Muy estimados hermanos en Cristo:

Estando a las puertas del año 2026, reconocemos, con emoción y gozo, que la fidelidad y misericordia de nuestro Señor fueron realidades muy sentidas cada día del año que pronto terminará.

Podemos preguntarnos, ¿hicimos todas las tareas encomendadas por el Señor? Es muy posible que no, lo cual es motivo de congoja, pero no nos quedemos con la cabeza agachada y con actitud de vencidos. Pidamos al Señor perdón por la falta de diligencia y roguemos por nueva pasión, nuevas fuerzas y más amor hacia Él y Su causa.

Es muy notorio cómo las advertencias bíblicas se cumplen. Ya sabemos que el año 2026 implicará más desafíos y requerirá de mayor valor y negación para enfrentarlo, pues el adversario acecha como león rugiente. Siguiendo el consejo del Espíritu Santo, mantengámonos sobrios y velando: por la familia, por la Iglesia, por las almas que nos rodean y por nosotros mismos.

En lo personal, no puedo dejar de agradecer a aquellos hermanos cuyo apoyo moral, espiritual y físico sentí en forma constante tanto en los momentos difíciles como en los momentos de triunfo. Ruego al Señor que les recompense ricamente por su amistad incondicional y, sobre todo, por su amor a nuestro Salvador y la tarea encomendada.

Reciban todos mis más sinceros deseos de salud, prosperidad y, sobre todo, grandes triunfos espirituales para el año que se avecina.

Pastor Sergio Oschilewski Malinowski
Iglesia Bíblica Las Condes



Lectura Bíblica

Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, habla a los hijos de tu pueblo, y diles: Cuando trajere yo espada sobre la tierra, y el pueblo de la tierra tomare un hombre de su territorio y lo pusiere por atalaya, y él viere venir la espada sobre la tierra, y tocare trompeta y avisare al pueblo, cualquiera que oyere el sonido de la trompeta y no se apercibiere, y viniendo la espada lo hiriere, su sangre será sobre su cabeza. El sonido de la trompeta oyó, y no se apercibió; su sangre será sobre él; mas el que se apercibiere librará su vida. Pero si el atalaya viere venir la espada y no tocare la trompeta, y el pueblo no se apercibiere, y viniendo la espada, hiriere de él a alguno, este fue tomado por causa de su pecado, pero demandaré su sangre de mano del atalaya.
A ti, pues, hijo de hombre, te he puesto por atalaya a la casa de Israel, y oirás la palabra de mi boca, y los amonestarás de mi parte. Cuando yo dijere al impío: Impío, de cierto morirás; si tú no hablares para que se guarde el impío de su camino, el impío morirá por su pecado, pero su sangre yo la demandaré de tu mano. Y si tú avisares al impío de su camino para que se aparte de él, y él no se apartare de su camino, él morirá por su pecado, pero tú libraste tu vida.

Ezequiel 33: 1-9

Introducción

En la porción leída se destaca la labor de un atalaya, el cual es una persona que actúa como un vigía, un guardia, un centinela, puesto en un lugar alto para ver antes que los demás la presencia del peligro y así advertir con anticipación.

Notamos que este título es asignado a Ezequiel, el profeta que Dios usa para advertir a su pueblo sobre los peligros inminentes que se cernían sobre ellos.

Ezequiel era el atalaya elegido por Dios para tocar la trompeta y, con ella, advertir al pueblo que el juicio que la santidad ofendida de Dios exigía, estaba por derramarse sobre ellos.

Si Ezequiel, por algún pretexto, callaba y no advertía al pueblo, entonces Ezequiel sería culpable de las desgracias que caerían sobre el pueblo no arrepentido; pero si Ezequiel entregaba el mensaje dado por Dios y el pueblo igual lo menospreciaba o lo interpretaba a su manera, entonces el castigo de Dios se manifestaría, pero Ezequiel sería totalmente librado de culpa, pues advirtió a tiempo.

Un vigilante se caracteriza ayer y hoy por:

  1. Vigilar y advertir.

Conclusión

¿Quiénes han sido reclutados como atalayas del Señor? ¿Quiénes han sido puestos como vigilantes sobre un mundo perdido, pero llamado a arrepentimiento?

Pues todo cristiano verdadero es un atalaya, un vigilante, un guardia especial. Respecto a los resultados, no hay exigencias, pero sí respecto a cumplir con la función.

Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino, 2 que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina.

2ª Timoteo 4: 1-2

Predicador

Pastor Sergio Oschilewski Malinowski

Fecha

28 de diciembre de 2025