Cita Bíblica: Hechos 26:9-18
Introducción.
En la porción bíblica recién leída, escuchamos al apóstol Pablo dando su testimonio ante el rey Agripa. El Apóstol le cuenta de su vida, de su celo por la tradición de sus padres, de su sincero celo por seguir en forma obediente e inmaculada, la voluntad de Dios y como, en la búsqueda de hacer esa voluntad, en un momento de su confundida vida anterior, llegó a perseguir a muerte a los cristianos de la naciente Iglesia.
Lo anterior ocurrió hasta el día en que le sucedió algo extraordinario, algo que cambió su vida para siempre.
¡Cuántas personas desean que alguna vez en su vida suceda algo realmente extraordinario! Son muchas, hasta se podría decir que es un anhelo común del ser humano; el anhelo de vivir alguna vez algo totalmente fuera de la rutina, totalmente fuera de lo normal.
- Una experiencia inesperada
- Una experiencia que divide la vida
- Una experiencia alcance de todo ser humano
Conclusión.
¿Quieres tú también experimentar ese cambio, resultado de un encuentro personal con Cristo como Salvador?
Se trata del único cambio que implica la realización de la total paz con Dios (Ro.5:1). Es un cambio por el cual se recibe el extraordinario título de: “hijo de Dios” (Jn.1:12); por él se nos nombra: “embajadores en nombre de Cristo” (2ªCo.5:20); se nos hace herederos de bienes inconmensurables (1ªP.1:3, 4); y muchas otras bendiciones, que no mencionaremos hoy en esta breve meditación.
Para que tú pudieras experimentar este cambio, indispensable para obtener la paz con Dios, Cristo murió por ti, tomó tú lugar, transformándose así en tu salvador. ¿Cómo responderás a la voz del Salvador?
¿Le dirás a Cristo, hoy yo te recibo en mi corazón como mi salvador, cámbiame a tu voluntad?
De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.
2ª Corintios. 5:17