Muy apreciados hermanos en Cristo:
Ruego al Señor que nos guíe, anime y ampare para continuar cumpliendo con la misión que nuestro Señor nos encomendara, a saber, la de llevar almas a los pies de Cristo para que Él les redima liberándolos para siempre de las crueles y cínicas ataduras del pecado.
El Señor sea bendiciendo vuestra semana.
Lectura Bíblica
Lucas 19: 1-10.
Introducción
El Señor explica la misericordia divina diciendo:
(…) el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.
Lucas 19: 10
Nuestro Señor vino a buscar y a salvar a un ser humano totalmente perdido, destituido de la gloria de Dios, pero que, a pesar de su condición, es tan querido por Dios, que todo el universo fue impactado por el plan de búsqueda y redención que fue puesto en marcha para su rescate.
En la historia que nos relata Lucas, vemos el encuentro con una de esas criaturas perdidas y el fruto inmediato de aquel rescate.
- Buscando lo que se había perdido (Lucas 19: 1).
- Un hombre inquieto (Lucas 19: 2-4).
- Un hombre aparentemente satisfecho.
- Un hombre con una gran inquietud.
- Una gran sorpresa (Lucas 19: 5).
- Un hombre gozoso (Lucas 19: 6-8).
- El gozo de Zaqueo.
- El cambio de Zaqueo.
- Jesús ratifica su misión y su obra (Lucas 19: 9-10).
Conclusión
Hablando metafóricamente, podemos decir que hoy moran muchas personas en Jericó, símbolo del mundo; el Señor conoce el nombre de todas y las busca. No obstante, Él solo puede actuar con aquellas que son capaces de subirse sobre un árbol, sobre la crítica social, sobre sus preferencias; sobre el qué dirán los demás, sobre su orgullo intelectual y todo obstáculo que se presente. A éstos, el Señor les sigue diciendo: «date prisa, desciende», porque hoy tenemos un encuentro urgente.
Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.
Lucas 19:10