¿Qué deseo yo?

Queridos hermanos:

Durante esta semana estaremos celebrando dos importantes fiestas patrias: la conmemoración de la Primera Junta Nacional de Gobierno y el Día de las Glorias del Ejército.

Pidamos, en forma especial, la bendición del Señor sobre esta nación que tantos cuidados y bendiciones ha recibido de Dios: país tricontinental, con una extensión de más de seis mil kilómetros de costa; con una variedad de zonas y paisajes que van desde el costero, pasando por el desértico, el andino, el insular con sus cien rostros, los bosques valdivianos y el frío antártico, entre otros. ¡Cuántos climas, cuánta variedad de alimentos, cuánta riqueza en: su mar, sus minas, sus bosques, sus campos, su aire y sus ciudades! Oremos para que el Señor la cuide, la purifique y continúe haciendo prosperar Su Palabra en ella.

Pastor Sergio Oschilewski Malinowski
Iglesia Bíblica Las Condes


Lectura Bíblica

Salmos 119: 33-40.

Introducción

Cuando analizamos el salmo ciento diecinueve, salta a la vista que el gran tema es la Palabra de Dios. El salmista diserta una y otra vez de ella, al punto de que el lector principiante puede llegar a pensar que son repetidas alusiones, solo que de distintas formas.

Aunque el salmo tiene un tema central, que es la palabra de Dios, hay muchos otros que saltan a la vista. Como dice un comentarista: «algunos creen que esta guitarra tiene una sola cuerda y el autor insiste en tocarla una y otra vez», pero el salmo es mucho más que eso. Vemos el corazón del salmista derramado delante de Dios, no hay dos versículos que digan exactamente lo mismo, sino que en cada uno hay un matiz distinto y que lo hace particular en su significado y enseñanza.

Es el salmo más largo, no encontramos título en él y tampoco tenemos la certeza del nombre del autor, pero sin lugar a duda, tenemos grandes enseñanzas de la palabra de Dios. El salmista nos habla que en ella somos bienaventurados, que en ella encontramos limpieza, gozo, victoria, sabiduría y eternidad.

Todo el salmo es una larga oración, una que contiene mucha sinceridad de las necesidades que el salmista nos manifiesta. En la porción leída, vemos al autor en una oración muy particular manifestando un genuino deseo por la palabra. Él no ora por la necesidad de otros, él ora por su propia necesidad.

Muchas veces nuestras propias necesidades no son puestas delante de nuestro Dios. Solemos orar por otros y está bien que lo hagamos, pero, cuando yo estoy desnutrido espiritualmente, difícilmente mi oración tendrá efectos sobre otros.

Veamos algunas cosas que pide el salmista a nuestro Dios, cosas que nos deben ayudar en nuestra propia vida espiritual.

  1. Un deseo genuino.
  2. Un compromiso genuino.
  3. Un amor genuino.

Conclusión

Sin duda alguna es una bella porción, llena de rica poesía y palabras que llenan el alma. Son enseñanzas firmes y sólidas de lo que debe ser una genuina oración y una genuina comunión con Dios.

Demuestra una rendición y compromiso con Dios a toda prueba, él está dispuesto a ser enseñado, está dispuesto a entender, a ser guiado, pero, lo que más resalta en él, es la disposición a comprometerse con Dios a pesar de todo lo que pueda pensar el mundo. Eso nos habla de pasión y amor por la palabra y, por ende, por Dios mismo. Él ama la presencia de Dios.

El inspirado escritor demuestra una necesidad extrema por las cosas de Dios, declara su dependencia absoluta de Él, algo que, sin lugar a duda, es recompensado ampliamente por un Dios fiel.

¿Qué son estas palabras para mí? ¿solo belleza y rica poesía o son lo que aspiro para mi vida? ¿Qué tanto me identifico con sus palabras? Que nuestro Dios nos ayude a tener ese amor que nos demuestra el salmista por la palabra de Dios, por la oración y, por supuesto, por Dios mismo.

Enséñame, oh Jehová, el camino de tus estatutos, Y lo guardaré hasta el fin.
Dame entendimiento, y guardaré tu ley, Y la cumpliré de todo corazón.

Salmo 119: 33-34

Predicador

Hermano Julio Salvador Álamo

Fecha

14 de septiembre de 2025

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