¿Qué busco?

Amados hermanos en la fe:

David canta: «Cercano está Jehová a todos los que le invocan, a todos los que le invocan de veras.» (Salmos 145: 18). La cercanía del Señor con sus hijos es un motivo de gratitud, adoración y alabanza. Es maravilloso que Dios, creador del insondable universo, y cuanto existe, esté cerca de los que le buscan e invocan; eso sí, conforme a sus principios, pues David aclara: «invocan de veras».

Pastor Sergio Oschilewski Malinowski
Iglesia Bíblica Las Condes



Lectura Bíblico

Daniel 9: 1-19.

Introducción

Sin duda alguna, el libro de Daniel es un libro fascinante que cautiva al creyente. Un libro plagado de hechos históricos relevantes para la historia humana y de grandes personajes protagonistas de esa historia. Es un libro que alberga abundante profecía bíblica cumplida y mucha aún por cumplirse; grandes acontecimientos que han marcado y marcarán la larga historia del hombre.

El libro de Daniel contiene quizás la más grande de las profecías: la de las 70 semanas que anunció el nacimiento del Mesías, hecho que dividió el calendario y nuestra historia en «a. C» y «d. C». Además, también contiene mucha profecía referente a los últimos tiempos.

Pero el libro de Daniel no es solo profecía que nos adelanta los hechos de la historia, lo cual fascina y capta la atención de creyentes y no creyentes, pues, el libro también está lleno de ricas enseñanzas espirituales. Así como el libro nos cautiva, su autor llama la atención del lector, por medio de sí mismo, para que aprendamos grandes enseñanzas espirituales.

Una de las cosas que llama poderosamente la atención en la lectura de hoy es la oración fervorosa y apasionada que pronuncia Daniel. Veamos algunos aspectos importantes de esta oración.

  1. Inquirió en sus promesas.
  2. Hizo confesión de pecado.
  3. Apeló solo a su misericordia.
  4. Buscó la gloria de Dios.

Conclusión

La oración que vemos, sin duda alguna, es una oración modelo para quienes buscan al Señor en forma sincera y diaria. Es una oración que nace de un corazón acostumbrado a tener comunión con Dios y a deleitarse en su palabra.

El profeta leyó, inquirió, escudriñó y meditó en la palabra de su amado Dios; confesó uno a uno sus pecados y los del pueblo; aceptó y no reclamó por lo sucedido; y solo apeló a la gran misericordia de Dios para obtener perdón.

Él alabó su nombre, destacó su gran amor y justicia, reconoció su poder y apeló a sus promesas; lo hizo con fervor y pasión y, por sobre todo, buscó la gloria de Dios.

Predicador

Hermano Julio Salvador Álamo

Fecha

5 de octubre de 2024

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