Cita Bíblica: 1ª Pedro 1:3-12
Introducción.
La salvación experimentada por todo creyente, en virtud del sacrificio de nuestro Señor Jesucristo, es una realidad que hoy vivimos gracias a un proyecto, cuyo origen se encuentra antes de la fundación del mundo. Su alcance, es inmenso, pues abarca, para comenzar, a todos los hombres que han sido y serán salvos en el tiempo.
Por otra parte, implica una etapa que aún se encuentra en el futuro y que considera, lo que podríamos llamar: la redención total y práctica de todo ser humano ya salvado.
Dentro de este magno plan, el cristiano se encuentra hoy, amonestado a vivir de un modo tal, que glorifique al Salvador.
Esta carta nos lleva a entender lo que Dios quiere de nosotros durante nuestro peregrinaje bajo el sol. Es una carta práctica, pero también repleta de doctrina, que asocia de manera magistral, hechos del Antiguo con el Nuevo Testamento, así como el futuro glorioso que nos espera.
I. Una salvación preparada y ya efectiva para los receptores de la carta.
A) Una salvación preparada desde antes de la fundación del mundo.
B) Una salvación de la cual hablaron los profetas.
C) Una salvación ya manifestada en los receptores de la carta.
II. Una salvación para ser experimentada en el presente.
A) Una salvación que se debe vivir en el presente y durante toda la vida del creyente.
B) Una salvación que influye en todo lo que somos y hacemos.
III. Una salvación que espera ser revelada totalmente en el futuro.
A) El futuro de los salvos.
B) La herencia de los salvos.
Conclusión.
Si nuestra salvación fue y es algo tan maravilloso e imposible de describir, difícil es, siquiera imaginar, lo que traerá consigo esa “salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero.” Cuando seamos totalmente redimidos de todo vestigio heredado de la catastrófica caída de Adán, que aun nos molesta. Vivamos, cada día que resta de nuestro peregrinaje, con esa esperanza viva en el corazón, pues nos traerá salud, gozo y triunfos.
“Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es.” — 1ª Juan 3:2