Amados hermanos:
Cuán saludable es para el alma el recordar que cada vez que bebemos la Copa de la «Cena del Señor» estamos recordando y comunicando que hay un pacto, un Nuevo Pacto sellado con la sangre de Cristo derramada en la Cruz. Jesús dijo:
Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama.
Lucas 22: 20b
Por ello, al decir: «recibo a Jesucristo como mi Salvador», estamos participando de un pacto, uno realizado sobre la base del sacrificio del Cordero de Dios enviado para nuestra salvación.
En breves palabras el pacto dice: si arrepentido aceptas por fe el don de Dios, otorgado solo por su amorosa gracia, entonces serás salvo y ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada te separará del amor de Dios.
Lectura Bíblica
1ª Corintios 3: 21-23.
Introducción
En la formación de la iglesia de Corinto, se destacaron grandes hombres de Dios con los cuales los hermanos se sentían muy identificados. Lamentablemente, se produjeron disensiones cuando, producto del aprecio y admiración por aquellos líderes, comenzaron a formarse grupos que dividieron a la iglesia. Es en este contexto que Pablo les exhorta a dejar esas necias rivalidades y les dice lo que hoy hemos leído.
El Apóstol les explica, y también a nosotros: «Así que, ninguno se gloríe en los hombres; porque todo es vuestro». Notemos que se trata de una declaración extremadamente importante que no se puede leer al paso, pues nos está diciendo que todo es nuestro y procede a enumerar:
- Los grandes varones de Dios (1ª Corintios 3: 21-22a).
- Pablo.
- Apolos.
- Cefas.
- El mundo (1ª Corintios 3: 22b).
- La vida y la muerte (1ª Corintios 3: 22c).
- La vida.
- La muerte.
- Lo presente y lo por venir (1ª Corintios 3: 22d).
- Lo presente.
- Lo por venir.
- Prioridad divina (1ª Corintios 3: 22e-23).
Conclusión
De esta manera vemos que todo lo mencionado por Pablo, en cierto sentido, todo lo que le ocurre al cristiano, incluyendo la muerte, le beneficia. Obviamente, que esto no nos excluye del dolor, de las enfermedades y de las injusticias, así como de las decepciones y las injurias, pero, finalmente, el triunfo y todo lo que son nuestras circunstancias actuarán a favor nuestro, pues son para nuestro bien.
Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien,
Romanos 8: 28a
Muchas veces los cristianos han experimentado persecución y ha debido vivir con muchas limitaciones y escasos recursos, sin embargo, deben saber que son las personas más ricas y queridas del mundo.
El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo.
Apocalipsis 21: 7