Las cadenas y el libertador

Estimados hermanos:

Cuán solemne y consoladora es la afirmación: «Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.» (Lucas 19: 10). Demos gracias de todo corazón por cuanto a pesar de que nos encontrábamos totalmente perdidos, condenados y sin valor o mérito alguno, Dios envió a su Hijo para buscarnos, rescatarnos, valorizarnos y darnos vida eterna junto a él.

Pastor Sergio Oschilewski Malinowski
Iglesia Bíblica Las Condes



Lectura Bíblica

Y ella le dijo: ¿Cómo dices: Yo te amo, cuando tu corazón no está conmigo? Ya me has engañado tres veces, y no me has descubierto aún en qué consiste tu gran fuerza. Y aconteció que, presionándole ella cada día con sus palabras e importunándole, su alma fue reducida a mortal angustia. Le descubrió, pues, todo su corazón, y le dijo: Nunca a mi cabeza llegó navaja; porque soy nazareo de Dios desde el vientre de mi madre. Si fuere rapado, mi fuerza se apartará de mí, y me debilitaré y seré como todos los hombres.

Viendo Dalila que él le había descubierto todo su corazón, envió a llamar a los principales de los filisteos, diciendo: Venid esta vez, porque él me ha descubierto todo su corazón. Y los principales de los filisteos vinieron a ella, trayendo en su mano el dinero. Y ella hizo que él se durmiese sobre sus rodillas, y llamó a un hombre, quien le rapó las siete guedejas de su cabeza; y ella comenzó a afligirlo, pues su fuerza se apartó de él. Y le dijo: ¡Sansón, los filisteos sobre ti! Y luego que despertó él de su sueño, se dijo: Esta vez saldré como las otras y me escaparé. Pero él no sabía que Jehová ya se había apartado de él. Mas los filisteos le echaron mano, y le sacaron los ojos, y le llevaron a Gaza; y le ataron con cadenas para que moliese en la cárcel.

Jueces 16: 15-21

Introducción

Uno de los dones que involucra la salvación, además de la vida eterna, de la adopción y de la dignificación que experimentan los comprados por la sangre de Cristo, es la libertad a la cual somos llamados. Esta libertad constituye una parte integral de la redención que Cristo ofrece y darse cuenta de que es deficiente en nosotros debe ser algo que nos haga meditar y buscar en forma urgente.

Para iniciar la reflexión le invito a considerar dos tipos de cadenas que quitan la libertad:

  1. Cadenas físicas.
  2. Cadenas del alma.
  3. El libertador.

Conclusión

Al reflexionar te das cuenta de que hay cadenas invisibles en tu vida las cuales no puedes cortar, luego piensas: «¿por qué? si sé que soy hijo de Dios?». Cuando esto ocurre es indispensable hacer, con el Señor, un chequeo a tu vida y considerar, tres aspectos: ¿tengo realmente cadenas o todo está en mi imaginación?, ¿hay pecados no confesados en mi vida? y, por último, considerar la gran diferencia en ser solo un redimido y ser un redimido y discípulo.

Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.

Juan 8: 36

Predicador

Pastor Sergio Oschilewski Malinowski

Fecha

6 de abril de 2025

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