Cita Bíblica: Efesios 5:6-11
Cuando nosotros por fe, nos convertimos en personas espirituales, reconciliadas con Dios, y que por lo tanto tienen una comunicación directa con Jesucristo, con el Padre y con el Espíritu Santo, pasamos a tener ciudadanía del cielo, y pasamos a formar parte de la familia de Dios, somos hijos de Dios.
¿Dónde nos coloca esto? Esto nos coloca como hijos de luz, que es lo opuesto a tinieblas, lo que éramos antes. Ahora estamos en el bando opuesto al pecado. Como resultado de eso estamos inmersos en una guerra espiritual por el resto de nuestras vidas terrenales. Existe un poder celestial de maldad que se opone a los planes de Dios para la humanidad. Este poder, que es el poder de Satanás y sus demonios, ha tratado, trata y no cejará en su empeño de llevar a la perdición a la raza humana, mientras le sea permitido por Dios.
¿A través de qué medios se manifiesta este poder maligno? A través del mundo y de nuestra carne.
- Salvación y pecado
- La carne
- Satanás y el mundo
- El poder del espíritu
La espiritualidad nos abre la puerta a la bendición eterna, a las bendiciones y recursos divinos, a la victoria contra el pecado, y todo esto se logra solamente manteniendo una relación correcta con el Espíritu Santo, y así permaneceremos en Cristo.