Cita Bíblica: Salmo 51:1-9
Introducción.
Es difícil encontrar otro salmo que nos muestre de mejor manera, lo más íntimo del corazón de un hombre arrepentido buscando el perdón de Dios. Es también difícil, encontrar otro salmo que nos muestre con más claridad lo que el pecado puede traer al corazón de un hombre que ama a Dios.
El salmo cincuenta y uno es un modelo de oración, en el que un hombre pide —o más bien suplica— perdón por sus pecados. Puede parecer un salmo muy personal o propio de David, porque relata uno de los más grandes pecados de este rey, que trasgredió varios de los diez mandamientos; pero, más que personal, es un salmo universal, el cual debemos tomarlo como una reflexión muy completa acerca de la importancia que tiene la confesión y el arrepentimiento que debe haber en un creyente cuando ha pecado contra Dios.
Este cántico es una guía muy completa de los pasos que deben estar presentes cuando se ha ofendido y se han pasado por alto las normas santas del Señor. Nos muestra los pasos que son fundamentales para obtener el perdón de parte de Dios. El personaje principal que vemos en este relato es el rey David, pero, a mi modo de ver, no es solo David el que se nos presenta aquí, sino que, a cada pecador arrepentido. Los invito a que, juntos, veamos algunos aspectos que, de seguro, nos servirán mucho en nuestra vida diaria.
Todo el salmo es una oración en el que reconocemos diferentes aspectos.
I. UNA ORACIÓN SINCERA
II. UN RECONOCIMIENTO SINCERO
III. UNA PETICIÓN SINCERA
Conclusión.
Este es el mejor manual para el que quiera entender qué se necesita, para llegar a tener paz con Dios quien solo pide un corazón humillado y arrepentido. ¡Qué mejor que terminar repasando el manual! Leamos nuevamente los primeros nueve versículos del Salmo 51.