Cita Bíblica: Colosenses 1:19-22
Introducción.
El ser humano anhela la libertad, la independencia de toda cadena y yugo; normalmente lucha por esa libertad con afán y sacrificio, sin darse cuenta que la mayor de las cadenas que le mantiene prisionero es la cadena del pecado. Esta es una pesada carga, principio de toda forma de servidumbre y penuria; cadena que no solo le priva de su libertad a él, sino que a toda la creación.
Lo que muchas veces no alcanzamos a vislumbrar con claridad, incluyendo a no pocos conversos, es que en Cristo, no hay cadena que resista, pues él las deshace, incluyendo los grilletes con que la creación fue sujeta.
Le invito a considerar tan importante tema:
- LA CREACIÓN PUESTA BAJO ESCLAVITUD
- La creación humana.
- La creación no humana.
- LA REDENCIÓN DE LA CREACIÓN
- La redención esperada.
- El medio de la redención.
- La redención manifestada.
- La redención celebrada.
- LA REDENCIÓN DE MI VIDA
- La redención del hombre natural.
- La redención del converso.
Conclusión.
¿No es maravillosa la redención que nuestro Señor ha procurado, no sólo para nosotros, sino que, para toda la creación?
Ahora bien, es posible que tú ya hayas sido redimido, pero, siguen colgando cadenas de tus brazos, cadenas que ya no corresponde que tengas. Si esto es así, te invito a hacer tuya la redención en toda su plenitud. Al respecto, el apóstol Pablo le explica a los creyentes lo siguiente: “sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado.” (Ro. 6:6). Por lo tanto, se encuentra a disposición de todo renacido, la completa victoria sobre el pecado. ¿Qué esperas para hacer tuya esa victoria?