Porque todos ofendemos muchas veces. Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo.
Santiago 3:2
Pasaje bíblico: Santiago 3:1-12
Introducción
Entre las múltiples cosas que hoy están cambiando en forma acelerada, nos encontramos con el lenguaje. Podemos notar que las palabras, tanto en su expresión oral como escrita, están siendo sustituidas por signos, mutiladas, vulgarizadas, ensuciadas, deformadas, desacralizadas, en pocas palabras: degradadas.
No creo que esta deformación del lenguaje humano, tanto en su aspecto oral como escrito, sea cosa de la evolución natural del mismo. Puedo ver, que, al igual que otros elementos que pertenecen a la Creación, nuestro lenguaje está siendo atacado con saña, por cuanto el daño espiritual que esto produce es inmenso. Satanás es un enemigo del lenguaje humano, pues por él, Dios se ha comunicado con el hombre desde el Jardín de Edén para beneficio su amada criatura.
I- LA IMPORTANCIA DEL LENGUAJE
II- EL LENGUAJE DESFIGURADO
III- REACCIONANDO ANTE EL MAL LENGUAJE
IV- EL LENGUAJE QUE YO USO
Conclusión
Como decía en la introducción, es sabido, que el lenguaje evoluciona en forma natural, pero los cambios que hoy vemos no son naturales, pues demuestran soberbia, rebeldía, falta de respeto por el orden establecido y ridiculización de los términos que se usan para describir las cosas nobles.
Estemos atentos y que de nuestros labios solo emerjan palabras nacidas de corazones puros y que, por sobre todas las cosas, nuestras lenguas sean instrumentos de “plata escogida” para pronunciar las palabras que curan y dan vida.
Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que es buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes
Efesios 4:29