Amados hermanos:
En esta oportunidad, nos corresponde considerar otra de las revelaciones que el Señor compartiera con sus discípulos durante la institución de la Santa Cena.
El Señor Jesús deja claro que con su sacrificio se llevaría a efecto un nuevo pacto. El Señor dijo, considerando «la copa»: «porque esto es mi sangre del nuevo pacto,» (Mateo 26: 28a). Es así que el Nuevo Pacto (o Nuevo Testamento) estaba a punto de establecerse. Un Nuevo Pacto que comprendería a judíos y gentiles dando paso a la Iglesia.
Sergio Oschilewski Malinowski
Pastor Iglesia Bíblica Las Condes
Lectura Bíblica
1ª Timoteo 2: 1-6.
Introducción
El apóstol Pablo le dice a Timoteo y a todo el que quiera oír que: Dios «quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad.» (1ª Timoteo 2: 4). Luego nos afirma: «Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre,» (1ª Timoteo 2:5), señalando así el único medio para ser salvo.
Las Escrituras enseñan aquí, y en todo lugar, que entre Dios y los hombres solo puede haber relación por medio de un mediador, y ese mediador es proporcionado por el mismo Dios, el cual es «Jesucristo hombre».
Luego, cabría preguntarse: ¿por qué la necesidad de un mediador? Consideremos lo siguiente:
- Un problema múltiple.
- Un problema legal.
- Un problema personal.
- Otros problemas.
- Soluciones divinas.
Conclusión
En este punto, es de vital importancia preguntarse: ¿cómo se encuentra mi deuda con Dios?, ¿ha sido pagada, he sido justificado o aún está vigente? Si puedes dar testimonio de que ya no hay deuda entre tú y Dios, eres una persona dichosa, pero, si la deuda aún está pendiente, entonces hoy es el día de arreglar cuentas, pues Dios está aún dispuesto a hacerlo. Hoy puedes decirle: «Señor, reconozco que necesito ser salvado y que solo Cristo puede saldar la deuda que tengo contigo y hacer las paces entre tú y yo. Me arrepiento de mis pecados y tomo hoy a tu Hijo, a Jesús, como mi salvador. Amén.»
Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo;
Romanos 5: 1
