Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo.
Juan 1: 9
Muy apreciados hermanos en Cristo Jesús:
El rey David proclama:
Los ojos de Jehová están sobre los justos, Y atentos sus oídos al clamor de ellos.
Salmos 34: 15
¡Cómo nos cambia la vida cuando tomamos real conciencia de que los oídos de Dios se encuentran atentos a nuestras oraciones! No despreciemos tan grande privilegio, honor, distinción y ternura.
Hermanos, Dios se encuentra permanentemente atento, esperando que nuestras voces se eleven hasta su Trono de Gracia. Él quiere oírnos, estar en íntima comunión con nosotros y otorgarnos las peticiones de nuestros corazones, cuando son conforme a su voluntad.
Hagamos constantemente nuestra la invitación de Hebreos 4:16:
Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro.
Hebreos 4: 16
Les saluda con un fraternal abrazo,
Lectura bíblica
Efesios 4: 22-32.
Introducción
En el listado de conductas cristianas entregado por el apóstol Pablo en Efesios 4, nos encontramos con el verso 27 que dice:
ni deis lugar al diablo.
Efesios 4: 27
Este es un punto que siempre debe estar presente en el corazón del hijo de Dios, pues resulta muy común el que cristianos lleguen, sin darse cuenta, a dar oportunidades al adversario para que pueda realizar su trabajo dañando y produciendo dolor en la persona y en la Obra.
En esta oportunidad, les invito a considerar toda la porción leída a partir de este punto.
- No dar lugar al diablo.
- ¿Cómo se da lugar al mal?
- El resultado de mantener grietas espirituales.
- Examen y reparación.
- Examen de las fisuras.
- Reparación de las fisuras.
Conclusión
Un pequeño insecto como el gorgojo del trigo buscará y buscará una pequeña grieta en el gran granero para entrar. Una vez adentro, se multiplicará y logrará un daño tal que, finalmente, todo el granero y su contenido quedarán en desuso para luego pasar por un proceso de desinfección.
Así es, las pequeñas grietas son peligrosísimas, pues son aperturas que permiten la contaminación y, con ello, la destrucción. El cristiano está expuesto a presentar grietas, pero también tiene los elementos para detectarlas, repararlas y revertir el daño hecho. Por lo anterior estemos siempre alertas a la advertencia del Espíritu Santo: «ni deis lugar al diablo.», de este modo nuestro crecimiento no sufrirá interrupciones y evitaremos dolores.
para que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no ignoramos sus maquinaciones.
2ª Corintios 2: 11