Introducción: En el salmo que hemos leído, encontramos expresiones que involucran esperanza y salvación a toda la humanidad;
“Tú oyes la oración; A ti vendrá toda carne.” (v.2)
“Oh Dios de nuestra salvación, Esperanza de todos los términos de la tierra, Y de los más remotos confines del mar.” (v.5b)
Estas expresiones que nos hablan de una manifestación divina que llegará a toda carne de todos los términos de la tierra, incluyendo los más remotos confines del mar, solo podrían llegar a ser una realidad, por medio del nacimiento de un niño único, Emanuel, Dios con Nosotros.
Como adelanto de todo lo que venía, el Señor anuncia el comienzo de esta profecía, comunicando la buena nueva del Nacimiento sublime, a tres grupos de personas muy diferentes entre sí.
En esta oportunidad, quiero invitarles a considerar a tres grupos representativos “de todos los términos de la tierra”. Uno está formado por pastores que cuidaban sus ovejas, otro, por acaudalados sabios de oriente, otro, por un par de príncipes judíos, más un pequeño grupo de gente piadosa.
I. GENTE PIADOSA
A) Príncipes: Los miembros de la casa real de David. (Mateo 1:18-23; Lucas 1:26-37)
B) Piadosos: Personas aisladas del pueblo. (Lucas 2:25-38)
II. PASTORES (Lucas 2:8-20)
III. MAGOS DE ORIENTE (Mateo 2:1-12)
IV. BUENAS NUEVAS PARA TODO EL MUNDO (Mateo 28:19; Hechos 1:8)
Conclusión: Ayer se les anunció la llegada de la salvación a los pastores, a unos sabios de oriente, a unos príncipes, y otros piadosos. Luego, el anuncio se magnificó por medio de la voz del mismísimo Hijo de Dios, para continuar con la voz de los apóstoles y hoy, por medio de tu voz.
Tú eres parte de esta historia, ¿Cuántos conocen la gran noticia por medio de tu voz?