Cita Bíblica: Juan 12: 44-50
Introducción.
En la lectura de la Palabra encontramos dos grupos entre la gran multitud. Entre ellos hay un vacío que los divide, tal como la luz es diferente a la oscuridad o como la muerte es opuesta a la vida. Es el vacío que separa al pecador de Dios. Creyentes e incrédulos han quedado y quedarán claramente diferenciados en los juicios del Señor.
I. MISIÓN DEL CREYENTE
Nuestra misión es ser testigos de Cristo en el mundo, mantenernos sujetos a su voluntad, en obediencia y permanente comunicación con el Señor a través de la oración, guardando la Palabra Santa y así ser ejemplo y lumbrera para el mundo no creyente.
Los creyentes en Cristo dirán: Yo reflejo la luz de Cristo para el mundo, para que los hombres puedan salir de las tinieblas, y esa luz reflejada es nuestro ejemplo de vida santa y la predicación del Evangelio de Cristo a todos ellos.
II. DOS POSIBLES ACTITUDES DEL INCRÉDULO
Si los incrédulos rechazan el ofrecimiento del Señor, Él respeta su voluntad y es permisivo con lo que hagan de sus vidas. Pero esto no significa que no condenará a esos incrédulos en los juicios venideros, si ellos persisten porfiadamente en su incredulidad por el resto de sus vidas.
III. LA PALABRA RECIBIDA DE DIOS
Las palabras que dijo Jesús son exactamente las palabras que Dios le encargó decir. Así también debemos entender que lo que está en las Escrituras es fiel a la palabra que Dios quiso escribir, inspirando a los hombres que las escribieron. Los creyentes se asegurarán de entregar a los incrédulos la Palabra tal como fue inspirada en la Biblia.
IV. LA ESPERANZA DEL MUNDO
El mundo está enfermo y empeorará. Pero hay esperanza siempre, porque la muerte de Cristo da a todos el camino para redención y vida eterna. Los creyentes tendrán en cuenta que aún hay lugar para recibir a innumerables personas en la Iglesia aquí en la tierra; porque no hay límite en el poder redentor de la sangre de Cristo.
V. EVITANDO ERRORES
Actitudes o errores que el creyente debe evitar: impaciencia, falta de humildad; inseguridad; seguir preceptos humanos; ignorancia de la Biblia; impureza en la motivación; impulsividad; ingratitud.
Conclusión.
El mundo está enfermo y empeorará. Pero todavía hay esperanza, porque la muerte de Cristo da a todos el camino para redención y vida eterna. Los creyentes tendrán en cuenta que aún hay lugar para recibir a innumerables personas en el regazo de las iglesias locales.
“Al que oye mis palabras, y no las guarda, yo no le juzgo; porque no he venido a juzgar al mundo, sino a salvar al mundo. El que me rechaza, y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue; la palabra que he hablado, ella le juzgará en el día postrero.” —Juan 12:47, 48