Cita Bíblica: Levítico 16:29-34
Introducción:
Los cristianos tenemos cierta familiaridad con algunas importantes fiestas judías establecidas en la Ley, como ser: la Pascua, el día de Pentecostés y la fiesta de los Tabernáculos.
Aunque es un tema que se trata poco en el día de hoy, las fiestas establecidas en el sistema legal judío, en el Pentateuco, están más relacionadas con el cristianismo de lo que muchos imaginan.
Notemos, por ejemplo, tres de ellas:
- Pascua, Lev.23:5: Profetizó la Crucifixión del Señor Jesucristo.
- Presentación de la gavilla de las primicias, Lev.23:11: Profetizó la Resurrección del Señor.
- Pentecostés, Lev.23:15, 16: Profetizó el nacimiento de la Iglesia.
Tres fiestas, tres profecías de acontecimientos importantísimos ya ocurridos. No obstante, si escudriñamos el Pentateuco, encontraremos que hay, por lo menos, 8 fiestas que nos entregan ricos mensajes y profecías para el pueblo cristiano de hoy.
En esta oportunidad quiero invitarles a considerar la celebración anual del “Día de la Expiación” (Yom Kippur).
Durante el desarrollo de este tema veremos que aunque no es una ceremonia que tenga vigencia en la Dispensación de la Gracia, encierra importantes lecciones, ya sea por la forma gráfica de enseñarnos sobre la obra expiatoria de Cristo, ya sea por la aplicación que podemos hacer de las condiciones asociadas a ella.
I. LA CELEBRACIÓN DURANTE LA DISPENSACIÓN LEGAL
A. El tiempo de realizar el solemne “Día de la Expiación.”
B. La entrada del sumo sacerdote al lugar Santísimo.
C. Los sacrificios del Día de la Expiación.
D. El objetivo de los sacrificios del día de la expiación.
E. La bendición sacerdotal.
F. Efectividad y continuidad.
II. SU PROFECÍA
Se promete una remoción permanente del pecado, no anual. Zacarías. 3:4, 8, 9
Se cumple en forma perfecta en la persona de Cristo. Hebreos 9:7-15.
III. YO Y EL DÍA DE LA EXPIACIÓN
Conclusión:
El día de la Expiación (Yom Kippur), nos habla de de un sacrificio hecho a favor del hombre que le puede librar de la justa ira de Dios. También habla de arrepentimiento, del perdón inmerecido que recibimos de parte de Dios y de cambio de actitud que debemos adoptar.
¿Has tenido tu propia experiencia de Yom Kippur, tu propio “día del perdón”? ¿Has vivido la experiencia de tener un encuentro personal y vivo con “el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”, de una vez y para siempre, sin necesidad de repetir el sacrificio?
Cristo es nuestro sustituto, quien, al igual que los becerros y machos cabríos, murió por ti y por mí, para que pudieramos recuperar la comunión con Dios y obtener así la perfecta paz.