Cita Bíblica: Hebreos 8:1-7
Introducción.
En el Tabernáculo, todo representaba a Cristo y su obra por nosotros. En sus muebles, en sus sacerdotes, en los oficios que se realizaban en él, e incluso, en sus cortinas y cubiertas, descubrimos a nuestro Señor, realizando su magnífica labor, redimiéndonos primero y sosteniéndonos después.
En esta oportunidad, mi invitación es a escudriñar sobre las cortinas que cubrían el edificio que constituía el Tabernáculo.
- EL TABERNÁCULO Y LAS CORTINAS QUE LO CUBRÍAN (Juan 1:14; Hebreos 8:5)
- PRIMERA CUBIERTA (Éxodo 26:14b; 36:19b)
- SEGUNDA CUBIERTA (Éxodo 26:14a; 36:19a)
- TERCERA CUBIERTA (Éxodo 26:7; 36:14)
- CUARTA CUBIERTA (Éxodo 26:1; 36:8)
Conclusión.
Nadie puede conocer, amar y admirar al Señor si no “traza bien la palabra de verdad” (2ª Timoteo 2:15), si no escudriña bajo la superficie. Sólo al ir descubriendo, como lo haría un arqueólogo, lo que hay en cada capa, iremos siendo sorprendidos por la inigualable grandeza de nuestro Señor y su obra a favor nuestro.
Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros [y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre], lleno de gracia y de verdad.
Juan 1:14