Muy apreciados hermanos en Cristo:
Sabemos que Dios creó y ama la institución del matrimonio. Un matrimonio que tiene su mirada puesta en el Señor será un matrimonio fuerte que iluminará y tendrá buenas oportunidades de realizar su labor en el medio en el cual se encuentra. Luego, una iglesia con matrimonios fuertes será una que podrá enfrentar con éxito las arremetidas de Satanás y podrá iluminar la oscuridad del mundo en derredor. En el día de hoy, todo matrimonio necesita, más que nunca, ser cubierto por la oración de la Iglesia; no dejemos de orar por ellos.
Nunca olvidemos que el matrimonio está estructurado de acuerdo con normas claramente establecidas por Dios. No olvidemos ni trancemos los principios que lo sustentan: su creador es Dios, quien estableció las condiciones, roles y objetivos que cada uno de sus integrantes debe cumplir; su núcleo está constituido por un hombre y una mujer, unidos ante Dios y la ley civil de por vida.
Con sabiduría se edificará la casa,
Proverbios 24: 3-4
Y con prudencia se afirmará;
Y con ciencia se llenarán las cámaras
De todo bien preciado y agradable.
Pastor Sergio Oschilewski Malinowski
Iglesia Bíblica Las Condes
Lectura Bíblica
Pasando Jesús de allí, le siguieron dos ciegos, dando voces y diciendo: ¡Ten misericordia de nosotros, Hijo de David! Y llegado a la casa, vinieron a él los ciegos; y Jesús les dijo: ¿Creéis que puedo hacer esto? Ellos dijeron: Sí, Señor. Entonces les tocó los ojos, diciendo: Conforme a vuestra fe os sea hecho. Y los ojos de ellos fueron abiertos. Y Jesús les encargó rigurosamente, diciendo: Mirad que nadie lo sepa. Pero salidos ellos, divulgaron la fama de él por toda aquella tierra.
Mateo: 9: 27-34
Mientras salían ellos, he aquí, le trajeron un mudo, endemoniado. Y echado fuera el demonio, el mudo habló; y la gente se maravillaba, y decía: Nunca se ha visto cosa semejante en Israel. Pero los fariseos decían: Por el príncipe de los demonios echa fuera los demonios.
Introducción
La ceguera era muy frecuente en Oriente en los tiempos del Señor; sus causas eran muchas, como ser, una serie de enfermedades que incluían a la viruela y a una gran cantidad de infecciones producto de la higiene deficiente. Además, la inflamación a los ojos se veía agravada, por la intensa luz solar y un polvo muy fino similar a la harina fina.
Es por eso que en las Escrituras vemos seguido relatos de hombres que carecen de visión, además, en muchas guerras se tenía como costumbre sacar los ojos a los enemigos para dejarlos impedidos de volver a la pelear. Entre los amonitas, asirios y babilónicos era costumbre hacerlo. Los filisteos también lo hacían, Sansón es un ejemplo de ello.
Pero la ceguera también se ocupa en la Biblia como metáfora para describir el estado del hombre natural, también se habla de Israel para describir su estado en los tiempos de Cristo.
En nuestra lectura vemos a dos hombres que carecen de vista física; sin embargo, destaca su buena vista espiritual por sobre personas con más conocimiento y una muy buena vista física. Veamos algunos aspectos interesantes del relato leído.
- Su actitud frente a Cristo.
- Su declaración.
- Su fe.
Conclusión
Estos hombres, a pesar de su condición, se esforzaron en seguir a Cristo; lo reconocieron como el Hijo de David, demostrando que comprendían quién era y a qué venía; reconocieron su necesidad; fueron sinceros con Él; pero principalmente, respondieron a una pregunta muy importante: ¿creéis que puedo hacer esto? «Sí, Señor» fue su respuesta demostrando su enorme confianza en su persona reconociendo a Cristo como el Mesías y Rey esperado.
Ellos, a pesar de su condición, fueron capaces de reconocer a Cristo. Su vista física estaba limitada, pero demostraron su vista espiritual, ya que fueron capaz de distinguir a Cristo. Lo que otros no pudieron hacer con su buena vista física, estos hombres lo hicieron por su gran fe. Cristo no solo abrió su vista física, sino que también iluminó su vista espiritual.
Los hombres piden pruebas y milagros, necesitan ver para creer, pero Cristo nos dice «cree y verás».
La pregunta «¿qué espera usted de Cristo?» es una pregunta que en muchas ocasiones se hace, pero la pregunta «¿qué espera Cristo de ti?» muy pocas veces es hecha.
La respuesta del hombre debe ser una sola y está en nuestra lectura, ¿responderemos igual?
Y llegado a la casa, vinieron a él los ciegos; y Jesús les dijo: ¿Creéis que puedo hacer esto? Ellos dijeron: Sí, Señor. Entonces les tocó los ojos, diciendo: Conforme a vuestra fe os sea hecho.
Mateo 9: 28-29
