Cita Bíblica: Génesis 32:22-32
Introducción.
Cuando se va un año y uno nuevo se acerca, es tiempo de hacer balances y también proyectar lo que viene; esto es lo que hace el mundo habitualmente: ver si se llegó a las metas y se cumplió lo proyectado; esto lo hacen: las instituciones, las empresas, las personas, incluso las iglesias hacen una evaluación de lo realizado durante el período que termina.
Aunque el creyente no tiene fines de año, pues corremos en forma constante, hay veces que uno debe detenerse, y con la ayuda de Dios, ver qué es lo que debe corregir en su vida, especialmente en la vida espiritual y en la relación con Dios.
La lectura de hoy nos puede ayudar en algunos aspectos a hacer un pequeño balance de nuestras vidas en este año y a ver como enfrentaremos el próximo.
Observando la experiencia que vivió Jacob, en el episodio de su vida que hemos leído, podemos obtener ayuda para identificar algunos aspectos de nuestra vida que debemos mejorar o en los cuales debemos perseverar para seguir avanzando en la carrera cristiana.
Los invito a analizar algunos aspectos interesantes de la vida de Jacob relatada en este interesante pasaje.
- LA LUCHA
- EL RECONOCIMIENTO
- LA BENDICIÓN
Conclusión.
Muchas veces, para que podamos entender lo que quiere Dios de nosotros, se tiene que dar una “lucha” entre Dios y el creyente. A veces, Dios tiene que humillarnos y hacernos tragar nuestro orgullo para que comprendamos qué es lo que quiere de nosotros. Así lo hizo con Jacob, lo humilló, lo dejó con daños físicos, pero salió fortalecido en lo espiritual. Cuando Jacob reconoció el poder de Dios, Dios lo reconoció a Él.
Fue un nuevo amanecer para él, atravesó la frontera del vado de Jaboc, siendo un nuevo hombre, comenzó un nuevo andar, que le iba a recordar para siempre ese momento, donde abandonó su orgullo y se entregó al poder de Dios.
Las grandes bendiciones solo pueden llegar cuando uno está sometido al poder de Dios, no somos llamados a manejar nuestras vidas, debemos entender que Dios es el que debe manejarlas; el trono es de Dios y no del creyente.
La pregunta para comenzar este nuevo año es fundamental: ¿Seguiremos luchando con Dios; Cuánto tiempo más nos resistiremos a su soberanía?, ¿Seguiremos confiando en nuestras fuerzas o confiaremos en las fuerzas de Dios para seguir nuestra vida como creyentes?, ¿Cómo afrontará este nuevo año?
Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, Que traigamos al corazón sabiduría.
Salmo 90:12